TITULO: No pasa nada y si pasa, se le saludaAUTOR: Raquel MartosEDITORIAL: Espasa
Sinopsis Editorial:
¿Qué se puede hacer cuando parece que no se puede hacer nada? Te sorprenderías... Carla, habladora compulsiva, exageradamente emocional y expresiva, piensa que lo peor que le ha podido pasar es quedarse sin voz durante seis semanas, justo cuando atraviesa una crisis personal y profesional que ha puesto su vida patas arriba. Obligada a estar callada, pero incapaz de quedarse sin decir nada, Carla, tan impulsiva e irónica como siempre (a través del WhatsApp, la pizarra y el e-mail), aprenderá a comunicarse con el mundo como nunca antes lo había hecho y escuchará por fin cosas que jamás había oído por mucho que se las hubieran dicho.
¡Qué bien me lo he pasado leyendo esta novela de Raquel Martos! Me había gustado mucho su forma de narrar cuando leí a finales de 2019 “Los sabores perdidos”, y quería repetir con algo suyo, así que aprovechando que me apetecía leer algo ligerito y que tenía en casa esta novela que había comprado de segunda mano por menos de dos euros me decidí a hincarle el diente. Dos tardes malamente y la había devorado.
La protagonista, Carla, trabaja en la radio, pero acaba de operarse de las cuerdas vocales y durante seis semanas debe permanecer callada, así que tiene que comunicarse con su madre y amigos a través de una pizarrita, whatsapp o correos electrónicos y hay momentos en las “conversaciones” y las situaciones que se producen son muy divertidas. Acostumbrada a no callar ni debajo del agua, cree que seis semanas en silencio se le harán eternas y un poco sí que se le hacen, sí, pero también le darán la oportunidad de pensar en su vida, en lo que de momento ha conseguido, tanto a nivel personal como profesional y sobre todo a preguntarse si todo esto es lo que ella siempre había soñado.
Todos hemos sentido en algún momento de nuestra vida que no somos capaces de seguir adelante, que no nos queda nada por lo que luchar, ni ganas, ni fuerzas para intentarlo, pero luego podemos, o hacemos un poder. Entonces nos levantamos, nos limpiamos los restos de arena de la caída y continuamos caminando con los raspones en las rodillas.La verdad es que es una historia escrita con mucho sentido del humor y muy actual que nos habla sobre la amistad, el trabajo, la familia, los amigos… es muy dinámica y fresca, ligera, ágil de leer y sí también bastante previsible, pero no me ha importado en absoluto, es más estaba deseando que los tiros fueran exactamente por ahí y además de gustarme mucho la protagonista, también he disfrutado con los personajes que la rodean, su madre, su amigo Juan, pero sobre todo con su amiga Marián.
Os la recomiendo para cuando os apetezca algo “light” y ya os digo que ayer empecé “Los besos no se gastan”, que además ya me lo han recomendado a mí varias personas.
Un libro es un mundo y te permite abandonar el tuyo durante un tiempo y hasta sentirte otro, otra. Un libro puede hacer magia con tus sensaciones; abrirte los ojos y removerte el ama; darte respuestas o sugerirte preguntas. Abrir un libro es abrir una puerta que te puede llevar a un lugar cómodo o, por el contrario, hostil, pero siempre te hace viajar y crecer, sin necesidad de ponerte los tacones.