No pasarán (estas cosas)

Mucho ruido se ha montado con la historia de la abdicación del rey de España en su heredero, tanto que ni nos hemos enterado de que Bruselas le ha dicho al gobierno español que los papeles que les ha enviado no se los cree ni un juez del Tribunal Constitucional borracho, pero era tan gorda la noticia, que eclipsó cualquier otra información. Ahora todos hacen aspavientos declarando su fidelidad a la corona o su desafección. En realidad el que un país sea una monarquía o no carece de importancia si su problema es el desempleo y se elude la total ineficacia de los servicios público de empleo que se han dado a sí mismos no tener ninguna otra obligación respecto a los demandantes de empleo que contarlos o ver cómo se las ingenian para poder dejar de contarlos, porque de empleo, aparte de conservar los propios, nada se sabe que hagan.
Basta ver las consignas con las que se construye la realidad hasta convertirla en puro cuento chino, que los ciudadanos, todo hay que decirlo, se creen de la manera más simple. Es imposible solucionar los problemas reales cuando su diagnóstico parte de premisas irreales y falsas. Hable uno con quien hable al parecer existe eso que llaman "consenso" en repetir argumentos absolutamente irracionales, el más surrealista de los cuales es que España era jauja hasta que un presidente no dijo una palabra mágica y se desató el caos, por lo que la culpa es simplemente de que al no decir la palabra obróse una catástrofe por causas sobrenaturales. Mira que se oyen gilipolleces en este país, pero esta es de las de antología de la estulticia humana.
Según la versión oficial, el anterior presidente de gobierno no dijo la palabra "crisis" y por eso se desencadenó el caos. Es un buen argumento porque la responsabilidad de los que tomaron decisiones y legislaron provocándola desaparece por arte de magia. Es una razonamiento que perfectamente podía rematarse con que si se hubiera hecho un sacrificio humano al dios de las termitas no hubiera pasado nada. Eso es bueno pero sólo para los que con el cuento eluden toda responsabilidad por sus actos. Porque lo de España es un claro problema de incompetecia amparada en la irresponsabilidad de los incompetentes. Parece ser que todo lo legislado para fabricar una burbuja inmobiliaria a mayor gloria de los que cobraban sobornos por recalificar terrenos o por malversar fondos públicos desde las administraciones que tal poder tenían no tuvo nada que ver, la responsabilidad es de la palabra mágica, como la que daba vida al Golem, que si no se expresaba, el muñeco se quedaba en sólo un muñeco, pero si se hacía iba y cobraba vida. En este caso, a la inversa.
Y lo legislado para poder saquear las cajas de ahorros desde dentro tampoco tiene nada que ver, no ha sido una suma de actos legislativos de mala fe, es que como con la burbuja inmobiliaria, nadie sabe cómo ni porqué se fueron todas al carajo ni como con llamarlas "bancos" el problema pasó de no existir a no ser cosa de los responsables, por serlo de todos los ciudadanos, que en España es lo mismo que atribuir el desastre de la Armada Invencible a los elementos o al paso de un cometa antes de la extinción de los dinosaurios. Por eso es posible oír a la máxima responsable del ministerio del desempleo decir que la ha pedido a la Virgen del Rocío que solucione lo que ni ella ni sus subordinados solucionan ni han hecho nada por solucionar nunca, aparte de hacer trampas contables para vender las mentiras que dan forma a la versión oficial, las mismas que nunca se cree Bruselas porque en realidad son mentiras para consumo interno  y propaganda tan barata como lo era decir que España era la novena potencia mundial en 1950, pero no decir ni mu de quienes habían perdido la Guerra Mundial. Queremos saber si algún empleo público en alguna de las 4.000 empresas públicas ha sido tramitado por los servicios de empleo alguna vez, no siendo el beneficiario pariente de alguien de dentro. Y si algún curso de formación le ha supuesto un empleo de calidad a quien lo ha recibido.
La realidad en España se localiza buscando lo que la versión oficial oculta o tapa con mentiras y trucos estadísticos y contables. Lo malo es que son mentiras demasiado burdas ya hasta para los propios españoles. Y el cabreo del personal crece a medida que va dándose cuenta del cinismo de las autoridades, que no son los políticos como "clase social", porque la verdad es que todos ellos son una subclase de la de burócratas con empleos vitalicios conseguidos por la vía del nepotismo, es decir, inútiles hereditarios. Motivo por el cual la rabia de muchos se orienta hacia lo más hereditario que se puede encontrar, como es el caso de la corona. Rabia que es resultado del hecho de que el estado español llama políticas activas de empleo a lo que en la práctica son políticas activas de exclusión social y fomento de la pobreza. Y un resentimiento hacia Europa a la que consideran cómplice de los que desde el aparato del estado les perjudican a ellos y a sus familias hundiéndoles en la miseria.  Griegos, españoles y lusitanos, primos hermanos.
Porque es bastante grotesco que en un país donde los ciudadanos carecen de mecanismos democráticos para impedir cualquier abuso de poder por parte de los corruptos, que les pueden decir a la cara, pues no me vote usted dentro de cuatro años, a todos los niveles de administración, desde arriba hasta lo más bajo, sean los mismos corruptos los que legislen, administren y se inventen los datos a conveniencia. Por eso mismo es sorprendente que ahora vengan las autoridades con que van a arreglar los datos de riqueza del país metiendo en la contabilidad la prostitución y el tráfico de drogas. Lo uno "alegal" porque nada se ha legislado, y por algo será, y lo otro directamente ilegal. Y lo digo porque tras décadas leyendo informes acerca de que España era un portaaviones que servía para meter en la purísima Europa todo tipo de estupefacientes, ahora nos quieren vender que toda la cocaína que pasa por el país rumbo a Francia, Alemania, Inglaterra y demás santos pueblos europeos se sume como consumo interno y pura riqueza nacional. Las autoridades desean hacer otro enjuague contable para arreglar la economía ficción por la que la mula es el narco beneficiario de la operación y no un simple pobre, transportista de la sustancia ilegal acuciado por la miseria y que servirá de cebo en una maniobra de distracción.
¿No repiten las autoridades y sus voceros que el rey ha sido el que trajo la democracia a España porque pudo elegir no hacerlo y convertirse en dictador heredero de dictador?, pues entonces se lo ponen fácil al heredero, el cual puede perfectamente regalarles a los ciudadanos del reino la imposición al aparato del estado de tres regalos en plan reyes magos de oriente. Le bastaría con decir que desea que el artículo de la constitución española sobre las consultas a los ciudadanos desea que en lugar de ser una posibilidad sometida al arbitrario capricho del gobierno de turno sea una obligación para aprobar las leyes si así lo desean los ciudadanos mediante solicitud respaldada por la firma del 10% del censo electoral en cada ámbito administrativo. Que desea que la ley de transparencia sea copia de la norma británica y no la mierda que están perpetrando, y que asimismo desea que para que todos estén contentos, las normas laborales que rigen para el sector privado elaboradas por personas del sector público, lo hagan a partir de ahora para el propio sector público que las parió. Y como guinda del pastel, puede pedir graciosamente a las autoridades que a su soberana autoridad se someten que acaben con la "puerta giratoria" de la manera más simple, prohibiendo que quienes forman parte del aparato del estado profesionalmente a cualquier nivel puedan ser cargos electos ni de libre designación. Y ya de paso que los que siendo empleados públicos estén en excedencia para dedicarse a cargos públicos regresen de forma inmediata a sus empleos para evitar el bloqueo de puestos de trabajo públicos mediante el truco de dejar sus culos virtuales sentados en sillas reales de despachos públicos de por vida.
Esto último es por pura higiene porque España ya huele demasiado a que existe excesivo personal que es como "los ausentes" de los Soprano.