Lejos de parecerlo, el título de la entrada de hoy "No perdamos el NORTE" no tiene nada que ver con mi afición desmedida por Juego de Tronos, es más, nos guste o no, hace ya unas cuantas semanas que supimos quién ocupa el Trono de Hierro y quién gobierna... [OJO SPOILER, salta al siguiente párrafo si no has visto todavía el último episodio de GoT]... los seis reinos.
La cosa es que desde que hace un tiempo gané un concurso en twitter (sí, no siempre ganan los concursos el resto del mundo) recibo periódicamente en el buzón de mi casa la revista del Observatorio de Recursos Humanos - ORH, aunque también es bien cierto que los tengo en mi lector de Feedly y en mis listas de twitter@ORH_RH.
Pues bien, por aquello que leer en papel sigue teniendo su encanto para mí, y porque viste mucho en mi nuevo despacho de la Unidad de Formación de mi FHC y siempre que puedo, amenizo la espera de la gente que me visita invitando a su lectura (a ver si se pega algo de transformación digital al resto de personas de mi organización), el otro día pude conocer un anacronismo que no conocía, y me confieso un enamorado de los anacronismos y las reglas nemotécnicas para recordar mejor los conceptos que nos podemos encontrar en el día a día en nuestras organizaciones.
Leyendo el artículo "ReVALORizando a las empresas", firmado por María Julieta Balart, socia directora de Ágama Consultoría y Aprendizaje, me encontré con el siguiente párrafo que me gustaría destacar hoy aquí:
"Para que los valores triunfen en las empresas tienen que ser el norte de la actualización en las mimas y cumplir con los siguientes principios:
N-egociados.
O-rientados a los niveles de consistencia.
R-etadores.
T-ípicos de la cultura.
E-xplicitados en conductas."
Sencillamente genial, tanto la regla nemotécnica como el significado que encierra cada uno de sus elementos. Por tanto, no perdamos el norte a la hora de buscar los valores de la organización, no perdamos el norte a la hora de fijar esos valores que apoyen la transformación de la organización.
Porque contar con todas y cada una de las personas de la organización nos ayudará a fijar el norte, nos ayudará a encontrar esos valores que identifiquen a todos y cada uno de los miembros (y miembras) de la organización; porque no nos olvidemos que si las personas no están alineadas con los valores de la organización, si no los sienten suyos, no conseguiremos llegar con paso firme a nuestro destino, no será posible ocupar el trono de hierro de las organizaciones eficientes y sostenibles en el futuro.