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En esta ocasión quiero dar mi opinión referente a la ola de violencia domestica que se ha dispersado en Puerto Rico. Cada vez que escuchamos de un caso de violencia doméstica en los medios, sale a relucir que la víctima tenía una orden de protección vigente o que la tuvo y quedo sin efecto y peor aún, muchas de esas mujeres después de ser maltratadas por sus parejas le dan una segunda oportunidad o vuelven a establecer contacto con sus agresores con la esperanza de que el mismo ha cambiado.Mi opinión es que si tu pareja te levanta la mano, te agrede de palabra o te denigra como mujer, no merece que compartas tu vida con él. Tenemos que aprender a amarnos nosotras mismas y darnos a respetar.
Las estadísticas publicadas en la página cibernética de la oficina de la Procuradora de la Mujer, aunque no están muy actualizadas, son alarmantes. En el 2008 cada 15 días se asesinaba una mujer por motivo de violencia doméstica. La cifra es impactante y nosotras como mujeres debemos colaborar para que esta cifra baje. Se preguntaran porque le hago el llamado a la mujer y no al hombre y mi respuesta es sencilla. Nosotras somos las que escogemos a la pareja con quien deseamos compartir nuestra vida, nosotras escogemos al padre de nuestros hijos y nosotras somos quienes toleramos o no toleramos, el mal trato por parte de nuestras parejas.
Mi consejo es a no tolerar bajo ninguna circunstancia la falta de respeto por parte de nuestras parejas. Los cimientos de una relación están basados en comunicación, respeto y amor. Si amas a una persona, no tienes por qué maltratarla. Es que la lógica no me permite entender que amemos una persona pero la maltratemos.
Si ya estás en una relación que entiendes que se está saliendo de control, si los gritos predominan en sus conversaciones de pareja, si los golpes han comenzado a llegar, ¡Busca ayuda! La ley 54 te puede ayudar, acude al tribunal, al cuartel más cercano o llama a la línea de ayuda de la Oficina de la Procuradora de la mujer al 787-722-2977
No permitas que la violencia domestica opaque tu brillo de mujer, no permitas que tus hijos se desarrollen en un ambiente de violencia y aprendan a ser violentos.