Tengo ésta canción enganchada en la cabeza. No me culpes
2014 empezó raro. Me sentí triste en febrero, me sentí muy triste en marzo, me sentí muy feliz en mayo. Me vine muy arriba durante el verano, me sentí mucho más feliz en octubre y en noviembre y diciembre volví a sentirme triste. Enero de 2015 empezó totalmente dramático y triste y se estiró hasta abril, y entonces me di cuenta de que quizás tenía que dejar de preocuparme por cosas que aún no han acontecido, pensar en las cosas buenas (como la merienda) del presente y dejar que todo fluyera. Y ahora ya no estoy triste y pienso: Ahora sobre QUÉ o QUIÉN escribo?! Ahora QUÉ?! Menudo asco, no?
Creo que a veces estamos tan pendientes de lo que todavía no ha ocurrido que se nos olvida hablar de las cosas buenas, y eso es -tal vez- lo que nos hace tristes (también creo que nos pasamos la vida haciéndonos expectativas de la vida misma, y entonces un día te das cuenta de que ésto no funciona así y te derrumbas). A veces pienso que nadie me ha hecho más daño que yo misma, y eso, señores; es bastante retorcido (y no hablo en un dolor literal, se entiende). Pero está bien. No pienses en lo que vendrá, piensa en lo que está viniendo, no pienses en lo que fue: Piensa en lo que es.