Tamara Contreras del Pino trabaja en la UCI de un hospital. Y escribe en Change.org: “Hoy he tenido guardia, he estado 20 horas despierta, 18 de ellas trabajando. Llevo agotada y con náuseas todo el día. Hace sol, pero solo pienso en mi cama. Mis hijas echan de menos a su madre, dicen que siempre estoy cansada. Anoche el busca del hospital sonó a las 3 de la mañana, me temblaban las piernas del cansancio y el estrés. Un chico de 21 años politraumatizado se desangraba. Cinco minutos antes soñaba no recuerdo el qué, y de repente le estaba canalizando para transfundirle sangre e intubándole para evitar una parada cardiaca. A las 7 de la mañana conseguimos que se estabilizara. Me costaba hilar una frase. Me caían los párpados. Tenía palpitaciones y la cabeza me martilleaba. Y no fue una excepción. Esta es la realidad de nuestro actual sistema sanitario, que obliga a que los médicos hagamos jornadas de 24 horas, poniendo en riesgo la vida de nuestros pacientes”.
Varias veces al mes y hasta que cumplen los 55, tras jornada normal, los médicos tienen que quedarse en el hospital porque les toca guardia, trabajando un total de 24 horas seguidas, muchas veces con situaciones límite y picos de estrés. Debido a la fatiga acumulada, cometen más errores graves cuando están en turnos de 24 horas y más fallos de diagnóstico. “Somos más lentos tomando decisiones, no podemos reaccionar igual de bien. Lo que empeora la atención que reciben nuestros pacientes. Y afecta a nuestras vidas, pues al sentimos agotados, tenemos problemas de sueño, no podemos conciliar y afecta a nuestra salud mental”.
Reino Unido ya implantó hace tiempo un máximo de 12 horas de jornadas médicas. Suiza, Holanda, Francia o Islandia ya han acabado con las guardias de 24 horas. Pero, en España, se sigue como hace 50 años, con un modelo arcaico que pone en peligro la seguridad del paciente y de los propios sanitarios. Esa modificación no debe suponer una merma salarial de los sanitarios. Actualmente un porcentaje muy importante del salario de un médico procede de las guardias. Por eso hay compañeros que defienden mantener este sistema. Pero, esta no es la solución. “Debemos pedir que nuestro salario siga siendo digno sin tener que renunciar por ello a hacer nuestro trabajo en plenas facultades. Hay alternativas y es momento de que exijamos una solución. No puede ser que los médicos necesiten hacer estas jornadas para tener un salario digno. No puede ser que los pacientes estén siendo atendidos por facultativos que no pueden más. Y tampoco puede ser que los sanitarios de España no podamos más. Una cosa es que tengamos vocación y otra que debamos aceptar esto. Antes de ser ministra, Mónica García manifestó varias veces que había que acabar con las guardias de 24 horas de los sanitarios. Ahora, toca cumplir y reaccionar”.