No podía imaginar… Carter & West
Cuando, una calurosa siesta de septiembre de 2009, me senté ante el ordenador con la intención de escribir mi primera historia de misterio en exactamente mil palabras, no podía imaginar que sería capaz de hacerlo. Creedme, no creía que pudiera lograrlo, no tanto por el número de palabras, como por la composición del misterio.
No podía imaginar, tampoco, que al día siguiente escribiría otra más. Y, desde luego, no podía imaginar que mi mente uniría ambas historias, en principio totalmente independientes, para transformarlas en una serie.
No, desde luego, aquella siesta de 2009 no podía imaginar que Carter & West acababan de nacer.
Autopublicación
Por aquel entonces ya había oído hablar de ella y pensé que algún día autopublicaría mis historias detectivescas. Sin embargo, los años fueron pasando y no fue hasta 2014, año nefasto en mi vida como pocos, que decidí liarme la manta a la cabeza y lanzarme a la aventura de la autopublicación, un sueño largamente vislumbrado que acabó por hacerse realidad en enero de 2015.
Y, no, lo admito de nuevo, en aquel septiembre de 2009, de vuelta al cole, a la rutina y al tedio, no podía imaginar que un día vería mis historias colgadas en Amazon y cómo la gente las compraba, y cómo las comentaba y las recomendaba en las redes sociales.
¿Cómo podría haberlo imaginado aquella lejana siesta? ¿Alguno de vosotros, en mi situación, lo habría hecho? Seguramente no. Sed sinceros
Medianoche Editorial
Y cómo iba a imaginar que un día, hacia la primavera de 2015, conocería en Twitter a Josevi Blender y que él mismo, llegado el otoño, me escribiría un correo preguntándome si estaría interesada en publicar mis historias de Carter & West con Medianoche Editorial.
No, claro que no. De hecho, me pregunté qué hada madrina me habría tocado con su varita para que las cosas fueran caminando a un ritmo sosegado, pero constante, que hacía derivar mi vida hacia derroteros soñados, pero nunca, jamás, creedme, vistos más que como una ensoñación imposible: Carter & West y Ateneo Literario, mis dos hijos más queridos han ido casi de la mano durante estos dos últimos años, abriéndose camino poco a poco, pero con pie firme.
Es algo que no podía imaginar, pero también es algo que empiezo a sentir real. Algo que se abre camino por sí mismo porque merece la pena. Algo que es fruto de mis esfuerzos. Un fruto delicioso que, creedme también, estoy degustando con templanza.
Será la edad…
Y, sin embargo…, es real.
Ahí están, sobre lugar que habitualmente ocupa el ordenador en el que tecleo crímenes, odios, amores, venganzas y rencores, además de, por supuesto, los combates (dicen los lectores que encantadores) entre Kate y Charles.
Ahora sólo queda seguir trabajando y seguir tomando las cosas como las he venido tomando hasta el momento: con la felicidad inmensa y la sencillez de quien, una calurosa siesta de septiembre de 2009, no podía imaginar…
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