Revista Opinión
Hoy reaparece en los kioscos la revista francesa Charlie Hebdó, tristemente famosa por pagar con la vida de ocho de sus redactores el derecho a la libertad de expresión y a la crítica mordaz e irreverente a través del humor y la sátira. Las balas de unos fanáticos religiosos salpicaron la redacción de sangre pero no pudieron callar la voz que con viñetas y textos arremete contra lo sagrado y lo profano cada vez que pretenden convertirse en dogmas ajenos a la crítica, aún sea humorística y pacífica. La pretensión de los asesinos y de los intolerantes que encuentran razones para el odio ha conseguido justamente lo contrario, reafirmar el espíritu combativo y sarcástico de quienes elaboran el semanario y no se arredran ante los violentos ni ante la jauría de los que no toleran la libertad ni la pluralidad. Todos ellos arremeten con leyes, amenazas, chantajes y terror contra la libre manifestación de la inteligencia que se carcajea hasta de su sombra y que sólo guarda respeto a las personas, no a las ideas con las que se intenta dominar, someter y controlar al disconforme que se rebela y las cuestiona. Hoy vuelve a las calles una revista que se ha convertido en bandera de nuestras convicciones y en símbolo de una libertad que el fanatismo no ha podido arrancar de nuestra manera de entender la convivencia en sociedad. Hoy, celebramos el triunfo de los pacíficos frente a los violentos, de la democracia frente a la dictadura, de la libertad frente a los fanáticos y del humor frente a los obtusos, aunque vistan corbatas, turbantes o sotanas. Hoy Charlie Hebdó representa todos esos triunfos. Y por ello nos congratulamos.