Contar con un ordenador lo suficientemente potente para disfrutar de los últimos juegos no es una tarea sencilla. En la mayoría de los casos, el ordenador o portátil que usas en casa para tus tareas cotidianas, como navegar la web, teletrabajar o hacer las tareas de la universidad no tiene el rendimiento necesario para correr los videojuegos de última generación.
Ante esta situación, las opciones generalmente son dos: o bien comprar una consola o portátil gamer, o bien adquirir el hardware y montar un ordenador por tu cuenta. Si bien recurrir a un producto especialmente creado para jugar podría ser una solución rápida, construirlo a partir de piezas te da una mayor flexibilidad para crear el ordenador tal como lo deseas.
Ya no hace falta ser un profesional
La primera barrera que puedes encontrar a la hora de construir tu propio PC gamer es la falta de experiencia. Todos hemos pasado por el momento de tener que revisar las páginas especializados para conocer lo último sobre cada uno de los componentes vitales de un ordenador para videojuegos: la tarjeta gráfica, el microprocesador, la placa base y hasta cosas impensadas como una fuente de alimentación más potente.
Sin embargo, con la cantidad de recursos disponibles hoy en día en internet, la situación ha cambiado drásticamente. Ya no hace falta recurrir a un amigo informático para que te eche una mano, la cantidad de reseñas y videotutoriales que se pueden encontrar en plataformas como YouTube es más que suficiente para llevar adelante el proyecto.
Esta información te ayuda a conocer la mejor tecnología, su relación prestaciones-precio y los sitios dónde conseguir las ofertas más convenientes. Además, puedes encontrar guías paso a paso para ensamblar componentes, instalar los drivers y sacarles el mayor provecho a tus compras.
Escasez de componentes y altos precios
El segundo problema fundamental de la compra de hardware tiene que ver con los precios. En líneas generales, adquirir las piezas por separado tenía el doble beneficio de permitirte crear el ordenador de tus sueños y de ayudarte a ahorrar dinero. Cuando compras un producto gamer de las principales compañías, está claro que pagas un sobreprecio por la conveniencia de tener un equipo listo desde el primer minuto.
No obstante, la pandemia revolucionó el mercado de los componentes electrónicos. Caídas en la producción y aumentos significativos en la demanda, especialmente relacionadas a la necesidad de cubrir el crecimiento del teletrabajo, han convertido el proceso de comprar hardware en una odisea. En el caso particular del gaming, las tarjetas de vídeo son casi imposibles de conseguir, las demoras y faltantes se han convertido en moneda corriente.
Esta mayor demanda ha empujado muchísimo los precios hacia arriba. Intentar comprar una tarjeta gráfica de última generación podría llegar a costarte varios cientos de euros y, aun así, es posible que no esté disponible. Sumando el coste del resto de los elementos que son indispensables para tener un ordenador que funciona, el importe total a destinar para el proyecto podría superar por mucho tu capacidad de compra y tus ahorros.
Sin embargo, existe también la alternativa de financiarte con un crédito rápido. En la actualidad, muchas entidades ofrecen préstamos que se otorgan en forma casi inmediata y sin grandes requisitos, por lo que podrías pedir el dinero que te haga falta para armar tu PC evitando el papeleo de los bancos tradicionales.
¿Conviene financiar la compra de hardware con un préstamo?
Solicitar un préstamo rápido para adquirir las piezas de tu ordenador podría darte los recursos que te hacen falta para poder vivir la mejor experiencia de juego que permite la tecnología actual. Basta con que completes tus datos personales e información bancaria en el sitio de la compañía financiera que te ofrezca las mejores condiciones de plazo y costes, y en pocos minutos recibirás el depósito del dinero en tu cuenta para comenzar a gastarlo. ¡Puedes conseguir préstamos rápidos aquí!
De todas maneras, debes tener en cuenta que los créditos online tienen tasas de interés muy elevadas. Esto hace que el coste financiero que pagarás por la cantidad de dinero que pidas sea un peso importante en tus gastos mensuales que podría complicar tu capacidad de pago en el futuro.