Revista Espiritualidad

No puedo dormir

Por Programadestres
"No puedo dormir porque tengo problemas"

Esta podría ser la respuesta de cualquier adulto con problemas de insomnio y mucho trabajo o con una situación difícil.

Aunque resulta que quienes la dijeron fueron niños de entre 9 y 11 años.

La semana pasada impartí en un colegio público 2 jornadas de mindfulness a los niños de primaria.

Desde los 6 años hasta los 11 años, cada curso fue llegando al espacio elegido para realizar el taller.

Ya desde los más pequeños era evidente la hiper-actividad que tenían y la poca capacidad de estar atentos a lo que decía o a los juegos que les proponía.

Su atención estaba en otro lugar distinto a su cuerpo.

Cuando llegamos al taller de 4º de primaria, ya estaba muy atenta a los movimientos que hacían de forma casi espasmódica algunos niños (bastantes) como si fuesen incapaces de permanecer unos momentos haciendo el ejercicio que les proponía.

Fue entonces cuando decidí hacer una pregunta al grupo y aquí empezó una experiencia distinta para la enseñanza y prácticas de mindfulness propuestas.

¿Alguno de vosotros no duerme bien?

¡Levantar por favor la mano!

Para mi sorpresa más del 75% de los niños del grupo levantó la mano.

No puedo dormir

Entonces decidí escuchar lo que me contaban, por qué no dormían bien.

Algunas respuestas fueron:

El ruido de la tele de mi familia no me deja dormir. Mi hermana con el móvil no me deja dormir. Tengo pesadillas y no puedo descansar. Tengo miedo a que entren en casa. Doy muchas vueltas y no puedo dormir bien. Estoy muy nervioso y no puedo dormir.

Les expliqué que justamente la práctica que estábamos haciendo les iba a ayudar a descansar mejor.

Después asistieron los niños de 5º y de 6º y aparecieron los mismos problemas de inquietud, tensión nerviosa e hiperactividad y la misma pregunta.

Uno de los niños de 5º me respondió:

"Tengo una familia problemática y eso no me deja dormir"

Así que no me podía creer lo que estaba escuchando, los niños de 10- 11 años tienen problemas para dormir y están mimetizando todos los problemas que aprenden de sus adultos.

Tenemos como sociedad un problema serio y es que estamos descuidando a nuestros niños en este aspecto fundamental que es que puedan tener un sueño reparador.

La sobreprotección en muchos aspectos los hace dependientes y crea indefensión.

En otras ocasiones con el trato como si fuesen adultos por acción u omisión les hace sentir y vivir problemas de adultos que no les corresponden y para los cuales no tienen la madurez suficiente.

Les enseñamos a correr, a no pararse, a no prestar atención no por acción sino por imitación y eso hace que sus sistemas nerviosos ya estén hiperactivados.

Demos a los niños la oportunidad de ser niños, de jugar sin ser con la consola o el ordenador y enseñémosles técnicas que les faciliten la gestión emocional y conductual.

Si no pueden ni controlar la quietud de su cuerpo durante apenas unos segundos, cómo van a ser capaces de prestar atención a lo que está sucediendo a su alrededor.

Sólo espero que con mi trabajo y el de muchos otros profesionales consigamos ayudarles a vivir su infancia un poco mejor.


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