No queremos llevarlo

No queremos llevarlo. Y sin embargo, las pasarelas lo proponen. Y en ocasiones, llega a las tiendas. Y a veces, al final, nos lo ponemos. El feísmo triunfa en la moda.

No queremos llevarlo. Ni en sueños. Ni de broma. No queríamos llevar sandalias con calcetines, pero es que en el desfile de Burberry quedaba tan cool, que al final caímos. Ni nos veíamos con deportivas para eventos, pero llega Lagerfeld y todos a callar. Un reto fashion lo asume cualquiera. El problema es cuando la cosa pasa de castaño oscuro.

Todos con bermudas, por Marc Jacobs.

El frikismo y el feísmo se ha apoderado de la pasarela. Los diseñadores proponen zapatos que están más cerca de un diseño ortopédico que de otra cosa, viseras, ropa de plástico, riñoneras…

Viseras, de Marni.

Es cierto que la puesta en escena de una colección en el desfile hace mucho, llevan complementos y demás accesorios que es muy posible que nunca vean la luz más abajo de la pasarela. Lo mismo que algunas prendas que hacen estilismo, pero se hacen solo para el show y, todo lo más, luego se fotografían para algún editorial de moda.

El frikismo y el feísmo se han apoderado de las pasarelas. Los diseñadores proponen zapatos que coquetean peligrosamente con el diseño ortopédico

Prada

Pero en otras ocasiones, y por mucho que nos repitamos lo de que no queremos llevarlo, tenemos que modernos las lengua. Y si no, tomemos nota de la invasión de las Birkenstock (y demás inspiraciones) de esta temporada. Que si antes era lo que se ponía un alemán para visitar el Museo del Prado a principios de noviembre (con calcetines, por supuesto), este verano parece que no eres nadie si no llevas unas.

Pero en fin, lo de los accesorios frikis es algo que se repite cada temporada. Y no olvidemos las propuestas extremas de maquillaje de las pasarelas, esas en plan “que hablen de mi aunque sea mal”.