Hablaba hace dos días de la manifestación 15-M, donde 25.000 personas, sobre todo jóvenes, de forma alegre y contundente pedían una democracia real. Al final de la misma, unos cuarenta jóvenes se quedaron acampados en la Puerta del Sol, como protesta, con intención de permanecer allí hasta el 22-M, fecha de los próximos comicios.
Naturalmente, esto no ha gustado a los grandes partidos y a los políticamente correctos. Sólo Izquierda Unida ha estado de acuerdo con lo que representa esta manifestación. Así es que, desde la alcaldía de Madrid (PP) y la delegación de gobierno (PSOE) se decidió retirar a la fuerza a los jóvenes. ¡Que no molesten, estos mosquitos!, parecía la consigna. Y la policía nacional cargo contra ellos y les desalojó. La violencia vino de donde suele venir. Esa violencia que se llama legítima, como si la violencia pudiera serlo.
Y ahí estaban los grandes tertulianos, políticos y medios de comunicación, haciendo sobre todo incidencia en la violencia que cuatro de estos jóvenes, ajenos a la organización de la manifestación, ejercieron el domingo al final de la misma.
Otros, como Rubalcaba les pedía que votaran, sin querer entender que lo que ellos dicen es que las cartas están marcadas. Muchos de ellos reclaman lo más elemental –mientras que el vicepresidente y sus muchachos miran a otro lado—, lo que cualquier manual de ciencia política califica como premisa principal de una democracia: “Un hombre – un voto”. Pero claro eso a Rubalcaba no el interesa.
La derecha mediática y política mentía miserablemente y hablaba de una manifestación montada por los de siempre para desestabilizar el sistema –cuestión lógica, por otro lado, pues es lo que ellos suelen hacer en las manifestaciones de la Iglesia Católica y en las de la Víctimas de Terrorismo. Recuerden aquello de: se cree el ladrón…— y los socialistas veían con resignación que esto es un peligro pues puede crecer la protesta y volverse contra ellos, como si ellos no fueran responsables, en gran parte, de los problemas que la ha generado.
La Puerta del Sol ayer a las 20:30 horas
Pues bien, desalojaron a los jóvenes de la Puerta del Sol, y hoy en vez de cuarenta personas tienen allí a más de doscientas, habiéndose extendido la acampada a otras ciudades españolas. Como diría mi abuela: “Vuelve a por uvas”.
Es posible que vuelvan a desalojar la Puerta del Sol, pero este gobierno y el PP no quieren entender que con ello están provocando una espiral exponencial y que por cada uno que desalojen pueden aparecer cuatro al día siguiente. ¿Quién los parará? Porque a la fuerza no se soluciona el problema. Esto sólo se parará si se consigue cambiar esta democracia enferma, recogiendo, al menos, parte de las reivindicaciones de los ciudadanos.
Mientras tanto, veo con esperanza este movimiento que ha empezado bien, que no se rinde, que pretende cambiar cuestiones de vital importancia, que no quiere permitir un mundo sin futuro, que finalmente ha despertado. Con ellos, estoy, sin duda.
Y cada vez que intenten romperlo, desmembrarlo a la fuerza, que sepan que somos muchos los que nos sentimos más fuertes. Porque eso significa que el sistema utiliza su fuerza porque no es capaz de usar el diálogo y no quiere aceptar las críticas. El movimiento 15-M seguirá creciendo mientras los poderosos se harán cada vez más pequeños.
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Acabo de recibir del amigo Felipe este audio-vídeo donde una oyente de RNE responde a esos tertulianos "sabelotodo". Vale la pena oírlo son cuatro minutos. Gracias, Felipe.
Salud y República