-Vamos, arriba, que hay que desayunar. Hoy os lleva mamá.
-Mamy, no quiero ir al cole. Me quiero quedar en casa.
Ya lo sé, hijo mío. Yo tampoco quiero ir a trabajar. Pero esto es así. Hala, date prisa.
-Pero si en el cole vas a ver a todos tus amigos. Vais a jugar, a pintar. ¡Ya verás que bien! Venga, que se nos hace tarde.
-¿Y por qué no nos quedamos aquí?
– ¿Aquí en casa todo el día? ¿Y con quién vas a jugar si todos los niños están en el cole? ¡Qué aburrido!
Sueño con quedarme sola en casa un día entero. Una mañana. Una hora.
——
-No puedo ir. Tengo tos. (Toses simuladas).
Yo sí que no puedo ir. Tu hermana está con los dientes y no me ha dejado dormir en toda la noche. No hay antiojeras que solucione esto.
-Pues después del cole vamos al médico. Venga, vístete.
——
-No quiero ir.
No te quejes tanto, que tú vas al patio, juegas al pilla pilla y sales a las cinco. Lo de mamá es bastante menos divertido y dura más.
-¡Pero si te lo pasas fenomenal! Vete saliendo que vamos a llegar tarde. ¿Cantamos canciones por el camino?
Ya lo sé. Esto no se soluciona con una cancioncilla. Lo siento. No te puedo ayudar.
-¿ Y por qué tenemos que ir al cole?
Buena pregunta. Pues mira, tú vas al cole unos años. Estudias todo lo que puedes y luego trabajas el resto de tu vida. Así está organizado esto. Pero lo mismo das un pelotazo y consigues vivir bien sin currar. Mamá estaría muy orgullosa de ti, mi amor. Pero no me vengas con preguntas existenciales ahora que me deprimo.
-Vas al cole a jugar, y a aprender mucho. Te van a enseñar a leer, a escribir y a sumar.
-¿Y cuándo son otra vez las vacaciones y ya no vamos a clase?
Ya está. Chico listo. Te has dado cuenta. Así será el resto de tu vida. Vivirás con los ojos puestos en los fines de semana y las vacaciones. Enhorabuena, has entrado en el sistema.
-Pues mira, el sábado, dentro de cuatro días, no vas al cole. Y estaremos toooooooodo el día juntos. Con papá y tus hermanas. Jugaremos un montón. Y el domingo también. Ya verás que bien.
Sábado. Fin de semana. Juntos. Dos días. Enteros. Jugando. Sin parar. Sin dormir porque la pequeña está con los dientes.
Quiero ir a la oficina.