No quiero la receta mágica que me permita conocer sin explorar, que me permita avanzar sin recorrer, que me permita percibir sin observar.
No quiero la receta mágica que me negué el día que tome las elecciones más sencillas, el día que decidí tomar el camino más corto, el día que decidí mirar hacia otro lado.
No quiero la receta mágica que me abstraiga del sufrimiento ajeno, que me acerque al destino sin transitar el camino, sin hacer la cola que el resto tuvo que hacer.
No quiero la receta mágica que niegue mi causalidad y me facilite la búsqueda de un culpable ajeno a mi, que me permita ver al otro como causa de todos mis males.
No quiero la receta mágica que me permita aparecer como la víctima que soy, que me permita eludir mi responsabilidad.
Quiero confeccionar la receta que me permita crecer, que me permita avanzar y hacer del propio camino el objetivo, esa es la receta que ando buscando, sabedor de que esa receta nadie más que yo podrá confeccionarla.
¿Aún buscas la receta mágica?