Revista Insólito
Estamos en Cervera. No hay otras breñas para avellanos. Ofrecerse y negarse avellanas es un buen pretexto para quererse, riñendo, Esta avellana galante es un fruto silvestre que sale en ramas derechas y recias, puesde, pues, exigir que se dé y se se tome con nobleza.
Sus razones tendrá el mozo para no querer tus avellanas, montañesa palentina; anda con cuidado no le fuerces demasiado porque se las dan de balde las mocitas de su pueblo. Eso dice.
También hay confites de por medio, para endulzar galanteos. Dejadme terciar en la disputa: si os hicieron daño no fue esa la intención; es un don de los confites; al revés que la avellana, son dulces al exterior y duros de corazón.
Todo el trigo es barato, mozo herido; lo regala el labrador sin que se entere el político. Las mozas son como son, se lacian como los lirios al estío, si no hay amor en el río. Dale avellanas, mocita, y dáselas bien que lo está deseando; y tirale los confites, pero que no le hagan daño.
Imagen: José Luis Estalayo
Felipe Calvo, humanista palentino.
Ensayos y escritos en "Curiosón".