Revista Coaching

No rendirse nunca

Por Raquelcabalga @RaquelCabalga

no rendirsePara mí, el no rendirse nunca, es muy importante. No he tenido una vida sencilla y pensar en la posibilidad de haber tirado la toalla en cualquier momento pasado me escalofría… ¿Cuántas cosas habría perdido al rendirme frente a la adversidad en mi senda de búsqueda de una vida mejor? Cuando sufrimos o nos equivocamos, indudablemente, aprendemos. Sin embargo, cuando nos rendimos y abandonamos lo único que pasa es que fracasamos. Y sí, sé que siempre digo que el fracaso no es tal porque suele ser un resultado no esperado que nos aporta mucho aprendizaje pero es que al rendirnos no aprendemos, tan solo damos portazo a todo para sumirnos en lo que pudo haber sido y no fue, el dolor, la desesperanza, la insatisfacción, la infelicidad…

Por eso, quiero dedicar este artículo a dar respuesta a aquellas personas que lo están pasando mal. Equivócate, aprende, prueba otra forma de hacer las cosas, vuelve a equivocarte, sal de ese pozo en el que estás, encuentra apoyo para superar los momentos más bajos pero, sobre todo, no te rindas. Porque si yo cogí la toalla para secarme el sudor y seguir hacia adelante en lugar de tirarla… ¡Sé que tú puedes hacer lo mismo o incluso hacerlo mejor!

¿Sabes? Los retos no terminarán nunca… Siempre habrá algo que nos disguste o que complique la situación. Afortunadamente, lo que cuenta en la historia de tu vida es la actitud que TÚ tomes frente a esas circunstancias que nadie puede controlar. Por eso, a mí me gusta ver la vida como si fuera una prueba de atletismo: unas veces es una carrera de obstáculos (hay que superar todo lo que te ponen por delante para poder seguir en la competición) y otras una de resistencia (hay que recorrer un trayecto muy largo en el menor tiempo posible y aguantar hasta el final). Y no es cuestión de competir con nadie más que con nosotros mismos…

El tomarme la vida como una prueba me permitió (y me sigue permitiendo) ver cada dificultad como una oportunidad para ganar, crecer, superarme y prepararme para lo que estuviera por venir. Además, restarle importancia a dichas oportunidades también me ha mantenido más relajada frente a los retos porque si vivimos cada afrenta como si fuera algo de vida o muerte… ¡Como poco lograremos una úlcera estomacal!

Quería darte una serie de recomendaciones para que logres no rendirte nunca pero, sinceramente, creo que no es lo mismo leer una lección que vivirla. Por ello, a continuación te voy a proponer una actividad que te va a ayudar a encontrar, en cada ocasión, las respuestas que te permitan convertir una dificultad en una prueba más de la que aprender. Y es que, en el momento en que logres familiarizarte con esa mecánica… ¡Ya no volverás a pensar en rendirte de buenas a primeras!

Frente a una situación complicada o que te parece un problema, te propongo preguntarte lo siguiente:

  • ¿Para qué está está situación en mi vida?
  • ¿Qué necesito para sentirme mejor respecto a dicha situación?
  • ¿Qué opciones tengo para enfocar la situación de otra forma?
  • ¿Estoy dispuesto/a a verla como algún tipo de prueba y aprender de ella?

En adelante, aplica estas 4 y efectivas cuestiones antes de pensar en tirar la toalla. Su respuesta no hará que la situación que te molesta desaparezca pero sí te permitirá ver las cosas de otra forma y en su justa medida para no sobredimensionarlas, gestionar la molestia que te produce y, por qué no, extraer un aprendizaje del que nutrirte.

Raquel Cabalga

Cuéntame… ¿Te has rendido alguna vez?

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