En 2016 el portentoso Fede Álvarez escribió y dirigió la escalofriante y adrenalínica No respires, un film que llegó poco después de su brillante debut con el remake de Evil Dead (2013) y que le confirmó como uno de los autores de género más importantes a tener en cuenta. Su delicadeza y su asombrosa capacidad para plasmar la psicología humana en el espectro del terror dio como resultado que No respires se convirtiera automáticamente en un muy merecido éxito gracias en gran parte al boca a boca y a su capacidad para sorprender al espectador con cada nuevo giro más retorcido que al anterior. Por ello y pese a que narrativamente carece de ningún sentido, su secuela se ha hecho realidad y vuelve esta vez solo para escribir el guión con su colaborador habitual Rodo Sayagues, a quien le ha brindado el marrón de debutar en la dirección con esta inerte e infecta secuela.
Las comparaciones son odiosas, pero es que ni Rodo Sayagues es Fede Álvarez ni desde luego No respires 2 está a la altura de No respires. Partamos de la base de que en un momento social en el que población ha empezado a entender en qué consiste el movimiento del Me Too y en el que se verbaliza y condena con total impunidad a quiénes han perpetrado crímenes sexuales, no solo no se explica que Fede y Rodo hayan optado por redimir al villano de la primera entrega, ahora convertido en héroe mercenario, sino que además pretendan que el espectador olvide las barbaridades que perpetró a inocentes en el film predecesor y le conceda la absolución. Por ahí no. Dentro de las posibles formas de recuperar al personaje para sacarse de la manga una secuela, han optado por una vía que narrativamente y sobre todo ideológicamente me incomoda y me parece cuanto menos deleznable.
No respires 2 narra unos sucesos ocurridos entre 8 y 10 después del film original y convierten al implacable hombre ciego (interpretado una vez más por el sobrecogedor Stephen Lang) en un abnegado y sobreprotector padre de una niña aparentemente abandonada a su suerte que tendrá que hacer frente a un grupo de desalmados villanos capitaneados por unos ridículos mafiosos que trafican con órganos humanos. La excusa al final es lo de menos, porque la cinta lo único que quiere es recrear la misma atmósfera opresiva y asfixiante de la primera entrega y colocar en el centro del relato a su protagonista repartiendo estopa con una destreza y habilidades asesinas que ya quisieran los mercenarios de Stallone y compañía. Y aunque visualmente el film tiene momentos realmente muy bien construidos para su lucimiento, no puede darme más igual todo lo que ahí ocurre, no estoy en ningún momento de parte del protagonista, no creo ni comparto su artificiosa redención y por tanto por mucho que se enfrente a villanos moralmente peores que él, no le sigo en el relato y por tanto no me siento partícipe del mismo.
Esta innecesaria y retorcida secuela tendrá posiblemente varios adeptos entre el público, sus altas dosis de acción y su cuidada cantidad de gore harán las delicias de algunos, pero desde luego yo lamentablemente no estoy entre ellos.
Título original: Don’t Breathe 2 Director: Rodo Sayagues Guión: Fede Álvarez, Rodo Sayagues Música: Roque Baños Fotografía: Pedro Luque Reparto:Stephen Lang,Bobby Schofield, Adam Young, Brendan Sexton III, Madelyn Grace, Rocci Williams, Stephanie Arcila,Christian ZagiaDistribuidora: Sony Pictures Fecha de estreno: 23/09/2021