Revista América Latina
La Municipalidad de La Plata tuvo que levantar la clausura del Centro Social y Cultural Olga Vázquez, que había hecho efectiva el viernes 16 en horas de la tarde. Esta decisión se dio gracias a la fuerte repercusión y el apoyo masivo que recibimos de personas, organizaciones sociales y colectivos culturales con los cuales construimos día a día la cultura popular. El lunes 19 de enero nos acercamos al Municipio a exigir que se revea la contravención del pasado viernes, que implicaba la prohibición de realizar actividades culturales. Ante este reclamo hubo una respuesta de palabra, pero entendemos que se trata de una solución cortoplacista, que no resuelve el problema de fondo. La situación, que es similar a la de otros centros culturales alternativos, es que existe un vacío legal, ya que las normativas vigentes no contemplan la diversidad de actividades que se dan en estos ámbitos. Por esta razón, vemos la necesidad de encontrarnos con otros colectivos, para buscar en conjunto un marco legal que garantice el desarrollo de nuestro trabajo cultural. Las políticas culturales que restringen la organización de espacios autónomos y autogestionados, no sólo la vivimos a nivel local, sino también la sufren otros colectivos en distintas ciudades del país. Recordemos el festival de solidaridad que organizamos distintos centros cuando el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidió desalojar la Sala Alberdi, entre muchos otros ejemplos recientes que podríamos mencionar. El Centro Social y Cultural Olga Vázquez es un espacio recuperado desde hace más de 11 años, y desde 2007 logramos que se apruebe una ley provincial de expropiación del edificio, que hasta el día de hoy seguimos exigiendo que se haga efectiva. Esta situación también refleja la precariedad legal y la decisión de los gobiernos de no reconocer el trabajo de todos estos años. En el Olga hay emprendimientos productivos autogestivos, talleres artísticos, una biblioteca popular, una radio comunitaria, se realizan ciclos de recitales, ciclos de cine, carnavales, ferias, varietés, festivales populares, así como también es lugar de reunión de distintas organizaciones culturales, sociales y políticas de la región. El reconocimiento social que tiene este centro se vio reflejado durante la inundación de abril de 2013, cuando centenares de vecinxs acercaron su solidaridad y encontraron un espacio de organización para acopio y distribución de donaciones para lxs afectadxs, y luego participamos como querellantes en la audiencia pública sobre la inundación. Todas estas actividades transformadoras se basan en la autogestión y en el trabajo colectivo, y significan otro tipo de respuestas a las necesidades sociales y culturales, que los gobiernos no contemplan. Volvemos a agradecer a todxs quienes acercaron su solidaridad, y continuaremos organizándonos con otros espacios autogestivos de la región para encontrar soluciones de fondo a las dificultades y problemas comunes con los cuales nos enfrentamos cotidianamente.