El pasado Octubre se anunciaba una gran noticia, el descubrimiento de un planeta de parecido tamaño a la Tierra orbitando nuestra estrella más cercana, Alfa Centauri B, situada a “escasos” 4.2 años-luz.
El hecho de encontrar un exoplaneta, de tipo rocoso y tamaño familiar, a las puertas de nuestro sistema solar, fue muy comentado en su día, teníamos un objetivo a muy largo tiempo, en unos siglos no era descabellado el poder visitarlo.
Pero hoy hay malas noticias al respecto. Nuevos análisis para confirmar su existencia han dado resultado negativo. Esto no es una sentencia para el planeta Alpha Centauri Bb, que así se llama, pero tampoco son buenas noticias.
La ciencia trabaja así. Necesita que equipos de investigadores indepedendientes confirmen el resultado, y a falta de muchos datos por recoger, esto no ha sido posible.
La detección original fue realizada por el espectrógrafo del telescopio HARPS, el más potente de los que poseemos en la actualidad. Es capaz de medir cambios en el Doppler de una estrella menores de una parte cada 300 millones. Esto corresponde a una velocidad de 1 metro por segundo, una medida increíblemente precisa del cambio que puede originar un supuesto exoplaneta sobre el movimiento de su estrella madre.
A pesar de esta precisión a la hora de medir el espectro que nos llega de una estrella, hay muchos eventos que pueden llevarnos a falsos positivos a la hora de la detección de exoplanetas. La misma rotación de la estrella puede llevarnos a error, la mitad de su superficie rota hacia nosotros y la otra mitad en dirección contraria, esto puede cambiar el espectro doppler de la estrella y creer que estamos viendo un exoplaneta.
Los astrónomos creen que necesitan muchas más mediciones para desterrar nuestro vecino planeta, pero la ventana para recolectarlos llega a su fin.
El sistema de Alfa centaury es binario, es decir, está compuesto por dos estrellas orbitando una con respecto a la otra. A finales de 2013 la alineación entre ambos soles hará imposible las mediciones desde el punto de vista terrestre y habrá que esperar varios años para poder volver a tomar datos válidos.
Que el universo está plagado de planetas es un hecho que el telescopio espacial Kepler nos ha confirmado ampliamente. Pero la ciencia debe contrastar cada uno de sus descubrimientos y ser cauta en sus anuncios. Así ha funcionado siempre el método científico y así debe seguir funcionando.
Esta nueva rama de la astronomía requiere paciencia.