Nosotros proponemos, que no hay que mortificarse con los actos contradictorios diciendo “qué malo soy” sino fomentar los “actos unitivos” o buenos. No hay que flagelarse ni nada por el estilo sino producir actos que uno sabe que hacen bien. ¿Por qué hay que creer que uno es un “ser maligno”? No hay nada que justificar sino cosas positivas por hacer.
Pero nuestro énfasis está con los actos positivos que el hombre es capaz de hacer y no en los negativos. Proponemos que no hay que preocuparse por los llamados “pecados” sino que debemos tratar de equilibrar la balanza con hechos buenos, algo que no se consigue con el auto-flagelo sino con la acción de cosas positivas.