Todo parece indicar, tanto las fotos como las estimaciones imparciales, que este año ha habido menos asistentes a la manifestación del 12 de Octubre de 2013 en la plaza Catalunya de Barcelona a pesar que el esfuerzo propagandístico y logístico ha sido bastante superior al del año pasado.
Se podría decir, como lo hizo un artículo de La Vanguardia, que el unionismo pinchó el 12 de Octubre. La verdad es que a mí el hecho no me da ni frio ni calor, me da bastante igual, porque para lo único realmente útil que podría servir este fracaso, no va ni a plantearse.
Si yo me hubiese decidido a participar activamente en Barcelona a favor de la unidad de España y contra el independentismo, estaría preocupado y preguntándome las razones del rotundo éxito de la V independentista y el fracaso de una simple manifestación que ni tan solo llega, ni de lejos, a llenar la plaza, y si tuviese dos dedos de frente llegaría a la conclusión de que todo lo que se ha hecho hasta ahora, basado en campañas de intoxicación y el acoso y cerco legal usando la nula separación de poderes en la inexistente democracia española, no solo no ha servido para nada sino que ha sido contraproducente, porque no ha parado de hacer crecer la multitudinaria manifestación independentista, mientras la dedicada a la unidad de España no llena ni un mini estadio cada vez más pequeño, y el cuento de la mayoría silenciosa ya no se lo creen ni los que lo inventaron.
De todas formas hay algo que me alegra del fracaso del 12 de octubre y es que la manifestación fue organizada por Sociedad Civil Catalana, organización que hace menos de un año se estrenó con la tremenda falacia del cálculo, según ellos efectuado profesionalmente, de los asistentes a la Vía Catalana del 2013, que solo precisaba una simple operación aritmética para darse cuenta del burdo engaño, porque según ellos en la Vía Catalana habían menos de dos personas por metro lineal, cuando todos los demás cálculos y documentos gráficos demostraban ampliamente que las menos de dos personas no se cumplían en ni un solo metro lineal de la Vía, porque en todos los metros lineales no solo habían más de dos personas, sino que en algunos tramos había una verdadera multitud por metro lineal. Con aquel intento falsario quedo claro que Sociedad Civil Catalana forma parte del inmenso grupo de tontitos que creen que a base de falsedad e insultos van a solucionar el problema, y por esta razón me encanta que ni tan solo utilizando su misma falacia a la inversa aplicada a su manifestación y afirmando que habían 8 personas por metro cuadrado, ni así les saldrían cifras mínimamente impresionantes ni en su fracaso en Barcelona del 12 de Octubre ni en el anterior de la contra diada del 11 de septiembre en Tarragona.
Los que se han concentrado en empeorar al máximo el problema, ahora están a punto de cometer su siguiente inmenso error: creerse que tras el previsible fracaso de la convocatoria del 9-N y el lio en que se encuentra Mas, del que no sabe cómo salir, ya han vencido al independentismo y han acabado con la carrera política de Mas. Ahora es cuando empiezan los problemas de verdad porque esos millones de catalanes cuya minoría ruidosa se manifiesta el 11 de septiembre, cada año con más ruido, y que llevan meses y meses oyendo mentiras, falsedades e insultos, ahora encima están muy cabreados porque se ha confirmado que a los políticos de Madrid, aunque hayan usado excusas de tipo legal, constitucional y puede que incluso sexual, la realidad es que no les da la real gana dejarnos votar y saber la verdad sobre el independentismo catalán.
El actual problema del encaje de Catalunya en España, causado por políticos que se autocalifican de democráticos pero piensan y actúan como franquistas, no se solucionará hasta que el nacionalismo español deje de actuar visceralmente y usen la cabeza para algo, y sobre todo hasta que los políticos de Madrid y sus medios de comunicación afines dejen de pensar solo en términos de obtención de votos en España alimentando la catalanofobia que ellos mismos han creado, y empiecen a actuar con el único y verdadero objetivo de solucionar el problema de Catalunya, incluyendo como factor para alcanzar la solución a los propios catalanes, si es que realmente como ellos dicen también somos españoles. Mientras el objetivo no sea encontrar soluciones sino conseguir votos del Ebro hacia el sur, el problema seguirá creciendo. De todas formas, mientras disfrutemos de un Presidente cobarde y mentiroso que no da la cara ni ante el espejo, y detrás de él un partido cuyos miembros jamás se equivocan no va a cambiar nada.