Revista Maternidad
Hace unos días fuimos a comer con unos amigos ( de los que he hablado un montonazo de veces y al final me van a pedir derechos de autor....).
Estos amigos son papas recientes de un precioso niño de un mes. La intención de la mama era darle el pecho a toda costa, pero no pudo ser, así que se han pasado al lado oscuro de la lactancia ( es broma, eh? que no se me vaya a ofender nadie...)
Mientras nosotros comíamos, el bebe estuvo durmiendo todo el rato y, hacia el final se despertó y reclamo lo suyo.
Yo no he preparado nunca ninguno, de hecho, no tengo ni idea de como se hace. Todo lo que se sobre alimentación artificial se reduce a: Es cara, existen muchos tipos de leches, pueden producir estreñimiento en mayor o menor grado y ya está.
La verdad es que la logística del biberón me pareció un poco complicada, van cargados con biberones, tetinas, portadosis de leche,...Yo aproveché para preguntar algunas cosillas, como si se lo daban a demanda, si lo calentaban, cuanto se ponía de polvitos y de agua, si se puede reutilizar lo que sobra en el bibe,...
En resumen, ya se algo más de lactancia artificial, aunque no sea una opción que me haya planteado nunca, pero el saber nunca ocupa lugar...
Por cierto, si queréis saber más sobre lo que se oculta tras las leches artificiales, podéis leer un post muy interesante de Nohemí en su blog mimos y teta clicando AQUÍ. Ya os advierto que es un post largo y que no deja indiferente a nadie...