¡No seas animal! Turismo responsable con animales
Todos hemos visto las imágenes de turistas subidos a lomos de un elefante en Tailandia o gente fotografiándose con tigres en un supuesto Templo Budista para estos felinos en el mismo país. Sin irnos tan lejos. En Marruecos, por ejemplo, encontramos en las plazas encantadores de serpientes o monos actuando. Eso sí, muchas veces, encadenados. Pero, ¿qué hay detrás de esas experiencias?
Hace dos martes, en El Canto del Grillo, el programa de las madrugadas de RNE, hablamos de las condiciones de vida de estos animales dedicados al turismo y del turismo responsable. Y ofrecimos alternativas para aquellos que no quieran renunciar al contacto con seres vivos de otras especies, experiencias basadas en el respeto. Y dos de estas experiencias las ofrecen Lobisome en la Sierra de la Culebra y Kowabunga Ecoproject en México.
Versión sonora en RNE.
Si quieres la versión sonora, aquí está el PODCAST de El Canto del Grillo.
Viajes – Turismo responsable con los animales – 19/5/15Problemas del turismo con animales (Nos lo cuenta FAADA)
FAADA hablándonos a los miembros de MadTB de turismo responsable
Lo primero, ¡fuera culpas! Normalmente los turistas que acuden a este tipo de actividades lo hacen por desconocimiento, participan porque nunca se ha planteado qué es lo que hay detrás y, para contárnoslo, hablamos con Giovanna Constantini, la coordinadora de la campaña de turismo responsable de FAADA, una fundación dedicada al Asesoramiento y a la Acción en Defensa de los Animales.
Giovanna nos cuenta que hay que partir de la base de que un animal salvaje no va a querer el contacto con el humano y menos trabajar para él. Y hay muchas prácticas, terribles, que se utilizan para “domesticar” a estos animales, para impedir que sean agresivos e, incluso, para hacernos creer que disfrutan de nuestra compañía. Estas prácticas – nos cuenta Giovanna – son, entre otras, la captura en libertad, el maltrato físico y psicológico, las mutilaciones, la sedación y un largo etcétera. Y esto es lo que hay detrás de miles de experiencias con animales que se pueden “disfrutar” en todo el mundo.
Zoo de Tallin
Cada país al que viajas tienen sus propias especies y muchas se aprovechan para el turismo. Además, el contacto con animales locales tiene un punto de vista exótico que atrae a muchos viajeros.
Uno de los animales que más sufren estas prácticas es el elefante. En Tailandia, muchas agencias ofrecen safaris en elefante o visitar a paquidermos pintores o futbolistas. Divertido y típico. Sin embargo, el adiestramiento de estos seres es doloroso. Hay una palabra que resume el proceso: Phajaan y significa, literalmente, romper el alma.
Elefante en zoo
El Phajaan empieza con la separación del cachorro de la familia, después es maltratado para crearle el miedo necesario para que obedezca y, durante el resto de su vida, también recibirá maltrato físico. Así recordará cuál es su trabajo. Algunos de estos elefantes no nacen en cautividad sino que se cazan en la naturaleza. Hay un dato terrible: para cazar un elefante hay que matar de media a cinco miembros de su familia.
En Tailandia, el trato que se le da a esos elefantes es horroroso, pero hay más especies animales que sufren prácticas abusivas y trabajan para el turismo. Existen “santuarios” dedicados a los tigres donde los viajeros pueden jugar, alimentar… a los felinos. Muchos de estos lugares se venden como centros de cuidado pero se ha denunciado maltrato, separación de las crías, sedaciones… Como si fueran un objeto, estos seres tienen una vida útil y, los ejemplares más viejos, cuando ya no sirven para el turismo, se venden para la caza enlatada o para la medicina tradicional.
Tailandia no es el único país donde se maltrata a los animales para el turismo. Las calesas de caballos, los paseos con dromedario, animales utilizados para fotografías… se pueden ver en decenas de países. Y, algunas de estas prácticas, se justifican con la palabra tradición como los osos bailarines en China, los encantadores de serpientes en países como Marruecos o los festejos taurinos en nuestro país. Barbaries culturales.
Si aún así, el sufrimiento de estos seres vivos no logra convencernos, también tenemos que saber que existen riesgos para los humanos. En ocasiones, los tigres muerden, los elefantes atacan y, algunos de estos animales, no tienen los más mínimos cuidados con lo que pueden trasmitir enfermedades.
Dromedarios en Marruecos
Las desventajas de este trato con los animales son bastante evidentes, sin embargo, también hay argumentos a favor y uno de ellos es el desarrollo económico de comunidades emprobrecidas. ¿No son estas prácticas una fuente de ingresos?. Sí bien es cierto que suponen una entrada inmediata de dinero, este tipo de desarrollo poco sostenible unido a la explotación de especies en peligro de extinción es pan para hoy y hambre para mañana.
La solución: ¿contacto cero con animales salvajes?
Oso polar en el zoo
No necesariamente.
Para todo aquel que quiera disfrutar de los animales existen alternativas responsables, que no molestan e, incluso, que ayudan a proteger a estos seres vivos.
La primera: los avistamientos. Observar animales en estado salvaje es siempre mejor que verlos cautivos, para ellos y para nosotros que entenderemos cómo viven realmente en su hábitat natural. Como todas las prácticas se puede hacer bien o mal. Lo mejor es ir con un guía especializado que trabaje de manera ética o tener en cuenta buenas prácticas: no acercarse demasiado, no interponerse entre la madre y las crías, no cebar a los animales, etc.
Aparte de los avistamientos, siempre podemos visitar centros reales de conservación de fauna, centros de rescate, de recuperación de fauna salvaje, etc. que verdaderamente cuiden de los ejemplares rescatados, que aboguen por su reintroducción en la naturaleza y que los traten de manera ética. Hay que tener cuidado porque no es oro todo lo que reluce y muchos lugares se venden como lo que no son.
La tercera opción, para los que se quieran implicar aún más es el voluntariado. Misma problemática que en el caso anterior. Hay que buscar bien porque no todos los voluntariados son lo que parecen.
La solución en todos los casos es la información. Buscar lugares con garantías, analizar cómo actúan y buscar qué es lo que hacen. Una fuente fiable es la web de turismo-responsable.com de FAADA. Aquí vamos a poder ver los problemas más comunes asociados a determinados países y las alternativas que existen para que nuestro turismo sea responsable. Y de alternativas toca hablar ahora, de dos de ellas: tortugas marinas en México y avistamiento de lobos en Sierra de la Culebra en Zamora.
Kowabunga Ecoproject. Campamento tortuguero en México.
Foto de Kowabunga Ecoproject
Las tortugas marinas son unos animales gigantes, que llevan viviendo en nuestro mundo más de 100 millones de años. Sin embargo, muchas especies de tortugas marinas se encuentran en peligro de extinción. El ser humano ha tenido mucho que ver en la desaparición de las tortugas. Por un lado, la sobreexplotación. De la tortuga se aprovecha todo: la carne, el caparazón y los huevos, así que se han estado utilizando desde hace siglos. En los grandes viajes en barco se llevaban tortugas vivas en las bodegas para poder alimentarse con su carne fresca y, hoy en día, se siguen robando y vendiendo huevos en el mercado negro en muchos países. Por otro lado, el mal desarrollo urbanístico de las zonas costeras, la presencia masiva del hombre en las playas de desove, impide que las tortugas se reproduzcan con normalidad porque estos seres vivos solo ponen huevos en la playa en la que han nacido y, si vuelven, después de años y perciben la luz, los ruidos… se meten en el agua y pierden la puesta. Todo un desastre ecológico.
Kowabunga Ecoproject es una asociación ecoturística madrileña que trabaja para proteger a la tortuga marina en México. Su zona de actuación es la comunidad de La Ventanilla, un pueblo situado en Oaxaca, en la costa pacífica mexicana.
Su objetivo es proteger a las tortugas e implicar a las comunidades locales en su conservación. Para ello organizan viajes responsable. Su propuesta turística dura dos semanas. La primera parte del viaje se pasa en un campamento tortuguero en la comunidad de La Ventanilla, haciendo patrullajes nocturnos para evitar que los hueveros roben los huevos. Durante la segunda semana se viaja por la costa pacífica de México para conocer playas surferas, ruinas, la gastronomía, costumbres, etc.
Si México nos pilla un poco lejos, hay alternativas más cercanas como las que nos propone Lobisome: el avistamiento de lobos en Zamora.
Lobos en Zamora con Lobisome.
Foto de Lobisome Naturaleza
Marta de Lobisome Naturaleza
El lobo es uno de los animales que más atracción despierta, desapareció, prácticamente, durante años y, sin embargo, ha vuelto, esperemos que para quedarse. Verlos en la naturaleza es una de las experiencias más emocionantes que podemos vivir.
Es difícil porque el lobo es un animal muy esquivo con el hombre así que se recomienda contratar los servicios de una empresa especializada que tenga entre sus principios el turismo responsable.
Nosotros hablamos con Marta, bióloga y cofundadora de Lobisome Naturaleza, una empresa que ofrece observaciones del lobo ibérico en la Sierra de la Culebra, en Zamora.
En Lobisome son conservacionistas y basan su actividad en el ecoturismo, en el respeto hacia estas especies y denuncian que algunas empresas recurren a las malas prácticas, como la ceba para incrementar la probabilidad de ver a los lobos en libertad. Y así obtener más clientes. Por eso es mejor huir de “profesionales” que ofrecen un 100% de posibilidades de ver al animal en libertad o te devuelven el dinero si no llegas a encontrarte con ellos.
Otra de sus quejas es el intrusismo en su profesión. Les repercute a ellos y también a los turistas porque –nos contaba Marta- hay guías que aunque sepan de lobos no tienen más información sobre otras especies, de la flora o de los paisajes que nos vamos encontrando. .
Marrakech
Lo importante, en el caso del turismo responsable es disfrutar de los viajes, de la naturaleza y de los animales sin que se note que hemos pasado por allí o, si es posible, aportando algo positivo. Así que, sed responsables y elegid viajes que respeten a los demás seres vivos. Son compañeros de viaje. Y compartimos la Tierra con ellos.
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