No señora, mis hijos no son ni serán vándalos por no azotarles como usted propone.-Esta sociedad está llena de niñatos y vándalos- dice usted, -claro, con la educación que dan hoy en día, por llamarle de algún modo, que no les puedes ni dar un azote porque te denuncian, porque, ya me contarás, cómo vas a educar a un niño sin azotes, que se te suben a las barbas y eso sí que no puede ser, yo nunca se lo he consentido a mis hijos… ¿qué se han creído? Aquí mando yo y tú te callas y obedeces lo que yo te diga. Claro, las modas de ahora de no tocar a los niños y así salen todos vándalos y delincuentes- sigue exponiendo usted.
Pues, al igual que usted no se corta a la hora de expresar tan semejante burrada, yo me tomo la libertad de decirle a usted que si de verdad piensa así y ha “educado” así a sus hijos porque cree fehacientemente en ello, yo podría llamarle poco menos que maltratadora, pero no lo haré, prefiero invitarla a recapacitar, se lo digo desde el corazón.
Porque como le dije, criar a azotes, precisamente no educa a buenas futuras personas, porque NADIE tiene derecho a agredir o poner una mano encima a otro ser humano y mucho menos a un niño, a un hijo, inocente, confiado a ciegas de nuestro amor como sus padres.
Porque como también le dije, yo jamás haré ni he hecho daño a mis hijos por sentirme superior y con la razón y no por ello estoy criando vándalos…
Porque criar bajo amenazas, porque “educar” bajo el miedo y el terror, creando abismos de desconfianza y desprecio por uno mismo hace mucho daño, a esos niños, adolescentes, a la sociedad, a futuras generaciones…
Porque nadie debería de pasar por semejante situación, aún menos niños que confían plenamente en nosotros y que tanto nos necesitan.
Y ojo, señora, comprendo que a usted, seguramente, la “educaran” de manera aún peor de lo que usted lo ha hecho con sus hijos, seguramente usted haya querido hacerlo mejor que ellos y haya querido ser “menos dura”, es posible que no todo sea culpa suya.O quizá su interior desprovisto de autocrítica y de autoestima, arrancada probablemente por esa “educación” que le dieron sus padres y que tanto defiende hoy, piensa realmente que le ha servido para ser “mejor persona”, aunque, créame, señora, deja mucho que desear y no solo por esta burrada que se le ocurrió soltar en mi presencia…sino por toda usted, por cómo actúa, por como es, pues claramente está afectada emocionalmente y esto no le ha pasado por casualidad. ¿Se ha parado a pensarlo alguna vez?
Por favor, señora, piénselo, quizá se haga un enorme favor a usted mismo, quizá le sirva para que vuelva su autoestima y se vuelva a querer a usted misma, y así pueda quererla la sociedad, pueda usted querer de verdad a los demás y dejar así de pensar que hacer daño a un niño lo hace ser mejor persona.
Por desgracia nuestros padres aún eran de la generación que pensaba que pegar en el culo o una bofetada a tiempo educaban bien a los hijos, que perseguir con la zapatilla a los hijos los escarmentaba, que castigarles de verdad los hacía razonar y ser mejores…porque así se lo inculcaron, porque así los educaron, porque pensaban que de verdad así estaban haciendo lo mejor para nosotros. Aun hoy desgraciadamente muchos padres piensan así y por ello luchamos, para cambiarlo.
Pero usted no solo piensa que hay que ¿azotar?, wow, eso es peor que una bofetada…, también piensa que de no hacerlo todos se vuelven vándalos y delincuentes, ¿drogadictos?, ¿ladrones?, aún alucino recordando sus palabras…
¿De verdad usted piensa que dando amor a los hijos ellos devolverán tantas cosas malas?El amor mueve el mundo, para bien, es capaz de cambiar a toda una sociedad enferma de odios y rencor, de falta de cariño.
Usted, que tanto anda por la Iglesia, que tan cristiana dice ser, ¿no le suena esto?: “Dad y se os dará (…) Porque no hay árbol bueno que de fruto malo ni árbol malo que de fruto bueno pues cada árbol se conoce por el fruto que da”?,
Porque si damos dolor, miedo, llanto, desconfianza, estamos criando a niños y futuros adultos llenos de dolor, depresivos, con problemas emocionales, sociales, con dependencias, con rencor, temerosos, desconfiados, fríos…
Porque si criamos con amor y con respeto a nuestros hijos, porque si los hacemos sentir bien con nosotros y con ellos mismos, porque si les damos la confianza que necesitan sentir en nosotros, si nada más se tuerce por el camino, hay muchas posibilidades, muchísimas que criando de otro modo, de que esos niños sean futuros adultos sensibles, cariñosos, seguros de sí mismos, con autoestima y por tanto con capacidad para amar al prójimo sin miedo, sin desconfianza, sin recelos…y con capacidad para darse y para recibir del otro, con capacidad para cambiar el mundo si se lo propone.
Piénselo señora, mis hijos no son vándalos por criarlos con amor y respeto y sin azotes, ellos no se merecen eso, ellos no se merecen que nadie les diga que van a ser así por recibir respeto y confianza de sus padres.
Y ya que estamos…la próxima vez que vea a mi hijo “el futuro vándalo” según sus criterios, por favor, absténgase de pedirle que le dé un besito, que los besitos son una muestra de cariño y confianza y podría usted convertirse en una delincuente de seguir recibiéndolos….