Revista Cultura y Ocio

No siempre escribo pero cuando escribo todo es un símbolo Inexplicable del presente

Por Dayana Hernandez

 Arte: Aleksandra Waliszewska

 

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      Padezco todo lo que no vivo con intensidad para así no padecer lo que hay en mi propio cuerpo. Estoy cansada de las mentiras que nunca he dicho pero que siento.
no decidí ser confrontada a esta locura existencial. Estaría mejor si no existiera y me arrancase de raíz este dolor de pertenecer aunque no pertenezco. No desprecio mi vida ni todo lo que hay en ella, despreció la conciencia que me dicta ser así. Me dice: tienes que estar agradecida por ser libre aunque no lo creas, agradecida por estar viva sin haberlo solicitado en este tiempo y en este espacio, agradecida por no tener cáncer aunque tarde o temprano lo tendrás, agradecida por qué puedes ser tocada sin inspirar odio aunque así tú no lo creas, porque eres mujer en esta era y no estás mutilada, al menos de una forma visible. Agradecida por tener un clítoris que te haga sentir placer, si al menos tú lo permitieras. Agradecida por las facultades evolutivas que te han permitido llegar hasta este mundo que te hace repetir la historia pero te hace creer que es una experiencia única y excepcional y que claramente siente náusea de ti. ¿Cual será el fin más provechoso o el propósito más elevado que un cuerpo pueda tener?, si no es ser el templo de los pequeños sufrimientos cotidianos ataviados de blanco pero sutilmente empapados de sangre que no vale nada la pena derramar.

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No siempre escribo pero cuando escribo todo es un símbolo Inexplicable del presente

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