Revista Educación

No sirves para eso

Por Siempreenmedio @Siempreblog
No sirves para eso

Hace unos días recordaba algunos episodios profesionales del pasado en los que ciertos jefecillos, ante el anuncio de que había decidido cambiar de trabajo, me espetaron la entonces perturbadora frase "tú no sirves para eso". Que recuerde ahora, fui destinataria al menos en dos ocasiones de sentencias similares: "No eres tú el perfil que ellos necesitan", "vas a fracasar y entonces no podrás volver aquí, porque estas puertas no seguirán abiertas para ti". Alentador.

En la primera ocasión acabé trabajando en la que fue mi escuela profesional; ganas no me faltaron a los pocos meses de estar en mi nuevo trabajo de llamar a mi antiguo jefe para decirle "hola, qué tal, aquí la que no valía para el puesto; pues ya ves, me gano más o menos bien los garbanzos y, lo que es mejor, estoy aprendiendo lo que no pude en tu empresa".

Para la segunda ocasión, aunque la frase ya la conocía, el cambio no era de centro de trabajo sino de departamento, un cambio solicitado porque no aguantaba ya más a la que era jefa. "Verás, ojalá me equivoque (¡qué típico arranque!), pero tu perfil no llega a lo que el departamento X necesita". "Sin duda, ojalá te equivoques", le respondí con educación, claro, porque iba a tener que seguir viéndola todos los días, así que mejor no salirme mucho del tiesto con un "hasta nunca".

Es curioso como quienes se atreven a manifestarle a un compañero o compañera que va a fracasar en un cambio profesional, en vez de desearle la mejor de las suertes, acaban dejando al descubierto una gran mediocridad y una más que evidente envidia. En muchos casos, porque posiblemente desearon ese cambio y no les llegó o no lo lucharon, y en otras, quizá, siguen creyéndose dioses del ramo.

A todos ellos y ellas, a los que me tropecé y a los que no, tan solo tengo palabras de agradecimiento. Sí, porque gracias a su mediocridad, sus augurios negativos y su falta de compañerismo, lo cierto es que cada vez que alguien me dice "no sirves para eso, no eres tú la persona que necesitan" sé que la nueva puerta que se abre me permitirá crecer. Puede que no sea lo maravillosa que una espera, o que las inseguridades que todos tenemos nos coarten un poco, pero lo cierto es que bien porque es lo que toca, por el destino, la casualidad o lo que sea, al final sí que valemos para eso.


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