Ilustracion de Roberto Maján
Una luz rectangular brillaba en la wilaya de Smara. Era la primera vez que una linterna así alumbraba el campamento, atrayendo a los saharauis de los barrios colindantes. Cuando cayó la noche y sin que nadie lo esperara, una bandada de pájaros aleteó con todas sus fuerzas sobre la pantalla blanca. Irrumpió ante nuestras narices la visión del mundo desde lo alto. Un puñado de aves migratorias planeaba en perfecta sintonía, y no nos quedó otra opción que acompañarlas en el vuelo. Y se hizo el silencio. Sobre la arena, los niños callaron. Los organizadores un poco más atrás, en la cabina, cruzaron los dedos. ¿Cableado, sonido, proyectores y micrófonos funcionarían en el desierto? Funcionaron, sí. Salvo el primer micrófono que dejó a Achero Mañas sin pronunciar palabra. Fue la única proyección que se quedó sin presentación, pues el problema al poco rato se solventó. La música unida a la imagen lo inundó todo y sorprendió a un público poco acostumbrado al cine. El documental Nómadas del Viento inauguraba el primer Festival Internacional de Cine del Sahara, FiSahara. Corría el año 2003. Han pasado diez años, y la iniciativa sigue viva, arrancando en el mes de octubre con más fuerza que nunca. Con la Primavera Árabe como telón de fondo. Movimiento iniciado en territorio del Sahara Occidental y que precedió a la posterior oleada de protestas, en palabras del analista político Noam Chomski. En concreto, a las afueras de la ciudad de El Aaiún, en el campamento Gdeim Iziz, brutalmente desmantelado por las fuerzas policiales marroquíes en el otoño de 2010. La chispa de las revueltas, así como el papel de la mujer saharaui son el punto de partida de un festival que contará con representantes del mundo cinematográfico, poniendo especial interés en los profesionales procedentes de países africanos. Como otros años, se organizarán mesas redondas y talleres audiovisuales para hacer partícipe a la población saharaui. Y se aportará material a la red de videotecas en los campamentos principales para que los habitantes puedan tener acceso a una amplia variedad de títulos. En los diez años de recorrido del festival se han proyectado cientos de películas y han pisado la arena del desierto actores, directores de cine, productores, músicos… Rostros conocidos como Javier Bardem, Juan Diego Botto, Benito Zambrano, Imano Uribe, Willy Toledo, Javier Corcuera, Eduardo Noriega, Silvia Munt, Alberto San Juan, Javier Fesser, Julio Medem, Alex de la Iglesia, entre muchos otros, dando proyección al festival que ha dejado su linda estela en los campamentos de Smara, Auserd y Aaiún, para asentarse de manera definitiva en el campamento de Dajla. Haciéndose hueco entre el gran huerto y el dispensario.Esta iniciativa, promovida por la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS-Sáhara), pretende la repercusión mediática y hacerse eco de las dificultades a las que se ve sometido el pueblo saharaui refugiado, así como denunciar la violación sistemática de los derechos humanos, civiles, económicos y culturales en los territorios ocupados. “Esperamos que el X Festival Internacional de Cine del Sahara sirva para conocer más y mejor a este valiente y noble pueblo, que está dando lecciones de dignidad al mundo entero”, explica José Taboada, miembro del Comité de Dirección de FiSahara y presidente de CEAS-Sáhara. Un festival no competitivo y que además denuncia. Coincide su celebración con la lamentable noticia en estos días del descubrimiento de dos fosas comunes con los cuerpos de ocho saharauis asesinados por el ejército marroquí en el año 1976. Ciudadanos españoles de origen saharaui, civiles y que se dedicaban al pastoreo de camellos. La X Edición de FiSahara proyecta la primera parte de la película que reconstruye esta importante investigación, dirigida por los científicos Carlos Martín Beristaín y Francisco Etxeberría. Prueba científica de uno de los cientos de casos de desaparecidos saharauis, que demuestra el intento de genocidio contra la población civil indefensa por parte del ejército marroquí. En la investigación se incluye una reconstrucción del caso en base a los testimonios de los familiares de los desaparecidos y del testigo de los hechos. El estudio antropológico forense y genético. Así como las bases jurídicas de las exhumaciones y búsqueda de los desaparecidos en el Sáhara Occidental. Las conclusiones apuntan tanto a la veracidad de los hechos como al apoyo a las demandas de los familiares de reconocimiento a las víctimas. El festival, que se celebra del 8 al 13 de octubre, coincide además con el 40 aniversario de la lucha del pueblo saharaui por su independencia y de la constitución del Frente Polisario, su único y legítimo representante. En la wilaya de Dajla, una vez más se hará el silencio, cuando la luz del proyector alcance la pared blanca. Los organizadores volverán a cruzar los dedos y los saharauis de los barrios colindantes podrán ver revolotear los pájaros de nuevo, imaginar mundos y sumergirse por unas horas en la ficción, pero también contemplarán un episodio doloroso y sin cerrar de su historia. “Organizamos el festival con la ilusión de que llegue a celebrarse un día no muy lejano, en las salas de cine de un Sahara libre e independiente, cuyo futuro lo hayan decidido los propios saharauis, así lo deseamos de corazón”, añade Taboada. FiSahara no solo es cine. Es cine que denuncia. Es cine que esperanza. El único festival del mundo que nació con la vocación de desaparecer, y como ave migratoria, como verdadero nómada del viento, confía en trasladarse a una tierra más clemente, la tierra de los saharauis que baña el océano.
Por Sukeina Aali-Taleb Fuente: blogs.elpais.com