Os cuento algo que pasó en una guardia, y que he escrito como anécdota para un concurso de "resistentes" a ver que os parece:
Justo antes de irnos a cenar, el Samur trae a un chico por una agresión, bajo los efectos del alcohol y cocaína. Bastante agitado. Viene con una herida inciso-contusa. A voces, nos intenta convencer de que él es buena persona y que su abuelo es guardia civil y ya veremos cómo le llame… 15 minutos de conversación, para explicarle, que yo sólo estoy allí para curarle la herida, y que no tiene que convencerme de nada.
-Mira: “No somos guardias civiles, ni policías. Somos médicos. Estoy aquí para cuidar de ti.
- Bueno guapa, pos confío en ti, logo cuando salgamos, te invito a unas cañas…
- Lo que tú quieras, pero déjame que te cosa…
Total, que ya iba a ello, cuando aparecen dos de mis adjuntos de guardia por el box. Altos, cuadrados y vestidos de verde…
-“¡Me habías dicho que no eráis guardia civiles!¡ Me has engañado!¡Yo me voy de aquí, que me queréis torturar…!”
- A ver quien le convencía ahora…