Los promotores de la nueva ley de Salud Sexual y Reproductiva, del gobierno de Rodríguez Zapatero, quisieron vendernos la moto. Con la nueva normativa se iba a conseguir reducir el número de abortos, gracias a la mejor educación sexual, a la mayor difusión de los anticonceptivos y a la venta libre de la píldora del día siguiente. Posiblemente algún ingenuo se lo creyó.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que publica Ignacio Aréchaga, en Aceprensa. Si la ley tuviera un periodo de garantía, habría que devolverla. Los datos ahora conocidos correspondientes a 2011 solo revelan aumentos: los abortos suben un 4,5% hasta alcanzar el récord de 118.359, lo que equivale a uno por cada cuatro nacidos vivos; la tasa de abortos por 1.000 mujeres entre 15 y 44 años sube a 12,44, la más alta nunca registrada.
Qué se pensaban algunos? que aborto y píldora del día siguiente eran rutas alternativas? Error fatal. Da toda la impresión de que crecen juntos. En 2010 la venta de la píldora del día siguiente creció un 83% y ese año también aumentó el número de aborto. Da toda la impresión de que la fácil disponibilidad de la PDS contribuye a aumentar las conductas de riesgo.
Primero, preservativo; si éste falla, puedes recurrir a la PDS, y si no, siempre te quedará el aborto. Es entrar en la dinámica del sexo más inseguro que pueda darse, en la trivializacion de las relaciones sexuales, la de considerar al hombre como un metazoo más, esclavito de sus instintos más bajos. Sin conocimiento, sin voluntad, pero eso sí bien forrado de látex hasta los tuétanos y con las direcciones de la farmacia más próxima y la clínica abortista más cercana.