En toda mi vida (incluyendo el periodo antes de conocer GTD) sólo he utilizado tres aplicaciones para gestionar mis tareas: Microsoft Outlook, Palm Desktop y OmniFocus. Por mi profesión siempre estoy evaluando otras herramientas, pero nunca con el objetivo de cambiar mi gestor de tareas. Mi solución actual no está perfecta, pero tiene una cosa que ninguna otra herramienta tiene: mi confianza.
Igual a Jordi Fortuny creo que es mes importante desarrollar buenos hábitos que buscar la herramienta perfecta, porque la efectividad de verdad no depende de ninguna aplicación.
yo siempre he creído que lo último no siempre es lo mejor, de hecho no hay nada que me dé más rabia que una vez ya has superado la curva de aprendizaje de una aplicación, y por lo tanto vas como una flecha, te cambien la versión y ¡ala! a empezar de nuevo.