No son mil redes, es una sola

Se pregunta uno cómo es posible que haya cosas que siendo públicas y notorias parecen ser invisibles. Por ejemplo, los cursos para desempleados que nunca les sirven para encontrar empleo no son del todo inútiles, pero sólo para los beneficiarios reales. Por lo publicado hasta ahora, lo mismo en una punta de España que en la otra, sea Canarias, Baleares, Madrid, Andalucía o Galicia, los cursos parecen dividirse en dos opciones, o no existen directamente pero se facturan tras ser certificados por alguien de los servicios públicos de empleo o si se realizan, se certifica que los profesores cobran 45 euros la hora pero la empresa intermediaria les paga 10 y les hace firmar los 45. Lo mismo se hace con los presuntos materiales destinados a los mismo,s que nunca pasan de pobres fotocopias con apuntes elaborados por otros que con anterioridad han sido fichados como falsos autónomos para impartirlos  presuntos cursos.
Parece pues, que los presuntos servicios públicos no tienen otra finalidad que ejercer de agentes comerciales de presuntas empresas organizadoras de cursos fantasma o fraudulentos, pero es evidente que nadie evalúa esto en función de los resultados para los desempleados en forma de empleos, así que la finalidad no es esa si no la organización de un mecanismo de captación de fondos a repartir entre los participantes en el montaje, sobre todo si son procedentes del Fondo Social Europeo. Cosa que al parecer a las autoridades europeas se la trae muy al pairo. Es de esas cosas que se ponen en un Memorándum sin la más mínima intención de que el Estado que lo suscribe lo cumpla, algo habrá cuando esto pasa.
La nueva modalidad es invitar a los desempleados a participar en procesos de presunta selección para empleos públicos donde la máxima puntuación corresponde a quienes ya estuvieran en el puesto de trabajo, así se da cobertura al amaño por el que se coloca al que ya había entrado por la puerta falsa. Los resultados son los mismos que si se permite que toda oferta de empleo público se quede en las cocinas de los servicios públicos correspondientes para que a su conveniencia decidan a quienes se informará de las ofertas en uso de la más pura arbitrariedad administrativa y en propio beneficio de quienes interceptan los mismos. No es uso, es abuso.
Parece todo el mismo montaje y siempre pasando por las mismas manos, las de los que pueden hacerlo descaradamente desde dentro, porque esto no parece corrupción "entre particulares" si no más bien una mecánica organizada a lo largo y ancho del territorio de manera sistemática. En resumen, que huele tan mal a cosa organizada que implica a muchos en demasiados sitios distintos pero con un único resultado, robar los fondos destinados a solucionar el problema del inaceptable desempleo español, que para algunos parece ser de lo más rentable. Por eso mismo no parece que esa estructura puede solucionar un problema dado que se benefician, y mucho, de que exista el problema. Dado que todos parecen mirar siempre para otro lado y fingir que son cosas inconexas, o mil y una tramas a cargo de mil y un cerebros, donde una parte de lo sustraído son fondos europeos, no estaría de más que Europol se interesase por este misterioso fenómeno español, porque parece que la principal línea roja ha sido siempre no tocar el chiringuito para seguir trincando por medio de la intercepción de fondos, todos los euros que puedan ir destinados a los desempleados, sean cursos o presuntas políticas activas de las cuales nunca nadie ha sabido más que la dotación presupuestria y que desaparecen por el camino.