Sí, escribo en el blog y todo. Que para eso está, no? Y esta vez la palabra Iron me viene que ni al pelo.Esto hoy es complicado. Cuando te casas con alguien, muchos hombres piensan que automáticamente sus mujeres deben saber planchar, cocinar, coser... al igual que muchas mujeres piensan que el anillo te transfiere una serie de conocimientos sobre bricolaje, fontanería, electricidad... Y lo mismo pasa cuando nos convertimos en padres y madres. Que automáticamente debemos ser de hierro. Ni para ponernos enfermos ni para que otras circunstancias de nuestra vida interfieran en el papel que libremente hemos escogido.Pues no! No soy de hierro, ni lo soy ni quiero serlo. Y no estoy hablando de un resfriado ni nada por el estilo. Eso está chupao, es una mariconada, como que los cuadros y las rallas no combinan (que se vista así el Kortajarena o el Velencoso, a ver qué pasa. Bueno, pasa que cuanta menos ropa mejor, no?). Te tomas una pastilla y en 2 días lo tienes superado. Lo máximo que puede pasar es que dejes el suelo lleno de mocos. Pues no pasa nada. Mira para abajo cada vez que tus hijos comen, ya verás el pollo que se monta.El dinero es importante, claro está, y eso afecta a nuestro estado de ánimo como adultos, pero... para qué sirve el dinero cuando no hay salud? O cuando la salud está muy tocada y comprometida?Sí, estamos todo el día rajando de nuestras parejas, de nuestros jefes, que si la conciliación, que vamos, que podría decirse que en algunos (ALGUNOS) casos, esa palabra es el comodín. No puedo llevar al niño al parque porque salgo tarde, maldita conciliación. Sí, cierto. Como también lo es que cuando lo llevas estás haciendo de todo con el móvil y con las pipas menos jugar con tu hijo, o por lo menos, echarle un vistazo de vez en cuando, que sólo te inmutas cuando oyes un grito. Y fuerte, que como sea flojito sigues con el dichoso Candy Crush! Tu hijo conoce mejor el tono de whatsapp del móvil, que el del timbre de la puerta.También están los hij@s de su madre que te critican porque sí. Porque ellos son seres superiores con capacidad para hacerlo y tú eres un mindundi. Para estos "valientes", he aquí una serie de acciones que podemos hacer/decir, según nuestro nivel de mosqueo de ese día:- No hay mayor desprecio que no hacer aprecio.- Hablas a mis espaldas porque voy delante tuyo.- Venga va, vete a freír espárragos.- El cementerio está muy vacío, todavía hay sitio para ti.Recuerda, son escoria, no merecen ni un segundo de preocuparte por ellos. Encontraran otras víctimas. Son así. Hienas carroñeras o plantas carnívoras.
Y a todo esto, llega un momento en que, de repente, la salud te falla. Qué haces? Además de cagarte de miedo, claro. Tienen que operar a tu pareja, la madre de tu hija de algo grave. No sabes cómo va a ir. Te planteas cómo has podido llegar hasta ese momento en el hospital, esperando una operación cuando el día de antes estabas haciendo bizcochos de chocolate. Si falla? Y si no falla pero no puedes estar como antes, sino con secuelas para siempre? Y la pequeña? Qué pasa con ella, como vive ese tiempo?Llevo unos días pensando en ello. Y aunque, Vane, espero que no leas esto, porque perderías el tiempo leyendo chorradas, tía, te espero en la rampa para que la niña juegue con los monstruitos, que se están poniendo enormes.Pero como normalmente las desgracias nunca vienen solas... A ver, qué pasa cuando pierdes a un familiar que lo ha sido TODO para ti? Tristeza infinita, pero no puedes venirte abajo, porque tienes a dos pequeños que se reflejan en tus ojos, en tus pensamientos y en tus actos. Puedes caer, pero siempre levantarte.
Y aunque haya veces que sólo pienses en esta "famosa" frase:Joder no joderemos, pero joder, que jodidos estamosY que visto desde fuera todo siempre resulta muy fácil, está claro que realmente no lo es. Sí, la vida a veces es dura, otras veces es una mierda y te gustaría hacerte chiquitito, pero OTRAS, en las que cualquier cosa compensa. Que si bajas por la escalera de tu edificio y el vecino está haciendo unas gambas, ese olor..., el camarero impasible detrás de una barra... Esos detalles esbozan una sonrisa en nuestra cara, en nuestro pensamiento, en nuestro ser.Es más fácil decirlo que hacerlo, está claro, pero... muchacha, eres capaz de eso y más. Te tienes a ti, al resto, a la gente que te aprecia por lo que eres. En esos momentos en que las fuerzas desfallezcan, antes incluso que eso pase, habrá gente a tu alrededor. Tanto en tu cercanía física como virtual.Así que no, no somos de hierro. Somos personas. Tan sólo personas, con un montón de debilidades, pero llenos de grandeza para vivir nuestra vida.