No soy la misma

 
No comparto ese deseo e insistencia por parte de muchas mujeres que afirman que tras la maternidad siguen siendo las mismas. Lo respeto, obviamente, y puedo entender que cada una viva sus procesos con una carga emotiva diferente. Pero en mi caso y creo que en el de otras mujeres, tras la maternidad no me siento igual. No, no soy la misma. 
Ni mejor, ni peor. Simplemente diferente. No me he transormado de blanco a negro. No son cambios radicales, pero es evolución. Probablemente mis prioridades se han ordenado de manera diferente. Y eso no es malo. Y no tengo que esforzarme en convencerme y convencer a los demás de que es así. 
Creo que en muchos casos lo que asusta es sentir que dejas de ocuparte de ti misma, o que hay cosas que te gustaban que ahora no haces. Pero eso es temporal, contra eso no merece la pena luchar ni matarse para intentar que la dinámica diaria sea otra. Es todo transitorio y ya habrá tiempo de retomar esos espacios de más dedicación a otros temas.  

Yo lo estoy disfrutando mucho y los cambios los entiendo como algo positivo.
En cuanto a los cuidados... Ahora tengo menos tiempo y menos recursos para mí misma, eso es verdad. Pero entonces toca agudizar el ingenio.
Me siento bien con una imagen más cómoda. No creo que eso implique descuidarse, simplemente apostar por el lado práctico. Y como suele decirse... sarna con gusto no pica, ¿no?
Pues así vamos. Descubriendo otra etapa con otras satisfacciones.