Revista Cultura y Ocio

"No soy un monstruo", de Carme Chaparro: una absorbente lectura sobre la pederastia y el periodismo

Publicado el 08 septiembre 2017 por Lidiacasado
  No soy mucho de leer libros escritos por gente de la tele porque ya llevo unos cuantos descantos, pero tengo una debilidad especial por Carme Chaparro desde hace tiempo, así que me decidí a reseñarlo para Anika entre Libros hace unos meses y hoy traigo hasta el blog mis impresiones.
Título: No soy un monstruo
Título Original: (No soy un monstruo, 2017)
Autor: Carme Chaparro
Editorial: EspasaColección: Espasa Narrativa

Copyright:
© Carme Chaparro Martínez, 2017
© Espasa Libros, S.L.U., 2017
Edición: 1ª Edición: Marzo 2017
ISBN: 9788467048964
Tapa: Dura
Etiquetas: asesinos en serie, detectives, género negro, misterio, policiaca, intriga, libros premiados, literatura española, metaliteratura, novela, pederastia, pedofilia, periodismo, secuestros, televisión, thriller, suspense, discriminación sexual, hackers, víctimas, pederastas, investigación criminal, proyecto NeuroQWERTY
Nº de páginas: 336

Argumento:

  La vida de la inspectora Ana Arén da un vuelco cuando un niño desaparece de un centro comercial. Ya ocurrió lo mismo dos años antes y aquel primer niño aún sigue sin aparecer. Por eso luchará con todas sus fuerzas y su empeño para que la historia no se vuelva a repetir.
Premio Primavera de Novela 2017

Opinión:


  Este es el típico libro que, en cuanto lees el título, ya sabes que te va a mentir. O, si no te miente, te hace reflexionar sobre todas esas veces en las que tratamos de justificar lo injustificable, en las que no nos vemos a nosotros mismos como realmente son o en los que estamos rodeados por un ambiente tan depravado que lo nuestro nos parece poco comparado con lo de los demás. Y, la verdad, un poco de todo ello hay en esta novela de Carme Chaparro, ganadora del Premio Primavera de Novela 2017.
  Porque la autora nos pone, ya desde la primera página de su obra, frente a frente con alguien que busca un niño que secuestrar, lo que consigue que te metas en la historia desde el primer primerísimo momento. Además, te obliga a pensar en opciones y, dadas las noticias que vemos un día sí y otro también, tus suposiciones sobre para qué puede querer al niño no son nada agradables.
  El resultado es un desasosiego y una sensación general de náusea que se mantienen durante todo la novela. Es más, diría que se acentúan al final, cuando se descubre quién esa voz y, sobre todo, cuáles son sus motivos para hacer lo que hizo.
  Desde que soy madre, las noticias que afectan a los niños me sacuden por dentro de manera especial y así me ha ocurrido también con este libro en el que se nos presenta a los niños como víctimas, en muchas casos, de los adultos. Víctimas sexuales, víctimas mortales... pero también víctimas del desamor o de la desatención o del egoísmo.
Siendo periodista, está claro que me iba a gustar el entorno televisivo en el que se desenvuelve la trama, más sabiendo que se trata de un medio que la autora conoce al dedillo. Pero no por conocerlo o por estar dentro del entorno lo protege, sino que indaga en su cara más oscura, en la más zafia, en la más ruin.
   Una ruindad que alcanza a algunos de los personajes de la novela. Personajes que, en general, están muy bien trazados e interesan por sí mismos, más allá del papel que desempeñan en la trama principal. En este sentido, me parece que el premio gordo se lo lleva (como, por otra parte, no podía ser de otra manera), la inspectora Arén, cuya trayectoria vital vamos conociendo a lo largo de la obra con bastante profundidad.
  De Ana Arén me ha gustado su fuerza, su entrega y el hecho de que Chaparro la utilice para hablar de la desigualdad de géneros y sobre lo complicado que es para una mujer abrirse camino en un mundo de hombres.
Si los personajes son interesantes, no lo son menos los temas que se abordan en la novela. Desde la maternidad, hasta el desempeño de una profesión; desde la amistad, hasta las relaciones de pareja; desde la importancia de nuestros padres hasta las relaciones que establecemos con nuestros vecinos; desde la entrega a los demás hasta el egoísmo más despreciable; todos ellos van desfilando por las páginas de una novela que tampoco se pierde en análisis o reflexiones sino que va mostrando escenas y dejando cabos que el lector tendrá que ir comprendiendo y atando.
  Y, por supuesto, el gran tema que subyace en toda la obra: la pederastia. En este sentido, me ha resultado muy interesante todo lo que Chaparro cuenta sobre el proyecto NeuroQWERTY y las implicaciones que tiene para la investigación científica y criminal. Solo le pongo una pequeña pega y es que me ha dado la sensación de que explica en demasiadas ocasiones en qué consiste y, al final, se hace un poco pesado.
  Además de las reflexiones y los personajes, el tercer punto fuerte de la novela es su trama, cómo la autora va dosificando la información, cómo va haciendo avanzar el caso al tiempo que nos va contando las vidas de los personajes principales y cómo va manteniendo la intriga y el ritmo necesarios para que la novela se lea casi casi de un tirón.
  Un ritmo de lectura rápido al que también contribuyen la longitud de los capítulos, la sucesión de los acontecimientos y la alternancia de voces narrativas que, ya sea desde la primera persona narrativa o desde la tercera, nos van permitiendo cambiar el foco e ir pasando a través de los diferentes puntos de vista que nos ofrecen en la novela, lo que enriquece mucho la lectura.
  En definitiva, una obra muy entretenida y bien construida, que trata temas interesantísimos y que tiene un personaje principal, Ana Arén, que me encantaría que tuviera continuidad en otras novelas.  Enlace a la reseña original.   Nos seguimos leyendo.

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