Revista Religión
En la actualidad vivimos en una sociedad donde prima el individualismo, el egocentrismo y todo lo que tenga que ver con beneficiarme primeramente yo, segundo yo y después de eso yo también. Este tipo de pensamiento no es más que una fortaleza que el mismo Satanás planta en la mente de los creyentes y del ser humano, en general, para volverlos más egoístas y, así, alejarlos del propósito que Dios quiere para nuestras vidas.
Cuando sé es egoísta rompemos inmediatamente aquel mandamiento que reza, “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:31 – RVR1960) y actuamos siempre en búsqueda de satisfacer nuestras necesidades primero. Mas cuando amas a tu prójimo, fácilmente tus necesidades pueden venir en segundo o tercer lugar, porque “el amor no hace nada indebido” (1 Corintios 13:5 – RVR1960).
Pero, ¿qué nos enseña la Palabra de Dios respecto a este tema? Veamos:
“No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo” (Proverbios 3:27 – RVR1960). ¿Cuántas veces tuviste la oportunidad de hacer el bien y no lo hiciste? ¿Cuántas veces más bien te dejaste vencer por lo malo? No estoy escribiendo esto para juzgarte, más bien con el ánimo que podamos actuar de acuerdo a los preceptos de la Palabra de Dios. Negarse a hacer el bien es sinónimo de no poner la Palabra por obra, así de sencillo.
Negarse a hacer el bien es sinónimo de no guardar la Palabra de Dios, ya que el guardar la Palabra implica dos cosas bien importantes que siempre van ligadas la una de la otra: en primer lugar está el conocimiento de la Palabra misma y, en segundo lugar, ponerla por obra. Cuando sabemos que no hacemos como corresponde, la misma Palabra nos enseña esto: “y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” (Santiago 4:17 – RVR1960).
Es fácil dejarse llevar por el momento y actuar contrario a lo que nos Dios nos enseña, nunca te dejes vencer por el mal. No permitas que acciones como esas te cuenten como pecado el día del juicio, “no seas vencido por el mal, vence el mal con el bien” (Romanos 12:21 – RVR1960), no te niegues a hacer el bien.
No es difícil hacer lo que Dios espera de nosotros, es muy sencillo: empieza por amar a tu prójimo para después poner todo lo demás por obra. Dios te bendiga sobreabundantemente en este hermoso día. No olvides ser de bendición para alguien más, comparte este mensaje.
Bajo la guía del Espíritu Santo,Sergio Meza Padilla
DIOS QUIERE HABLARTE HOY