Anoche hablaba con un corredor y me decía: "...Que curioso es que podamos medir nuestro estado de forma en una prueba de esfuerzo y que, nuestro estado psicológico sea algo inmedible...". Aquello me dio que pensar. Y mucho.
Es fácil poder pensar que, si físicamente estamos bien, mentalmente también pero, ¿puede hacer nuestra mente, llegar a tener la suficiente fuerza para poder hacernos sentir físicamente mejor? Podéis leer de todo, en mi humilde opinión, sí, por supuesto, y no sabemos hasta qué punto.
La medición de nuestro estado psicológico, está estudiada desde hace muchos años mediante test. Éstos test, nunca, repito, nunca llegarán a ser específicos para un ciclista que está rodeado de tantos y tantos estímulos.
La psicología deportiva ha sido el campo de la psicología que más a evolucionado sin duda en éstas dos últimas décadas. Todo ello motivado por la búsqueda de limar detalles en la mejora del rendimiento y los frutos de ésta evolución se están viendo ahora.
¿Cuántos ciclistas conocemos que, no han sido lo suficientemente fuertes como para poder afrontar con garantías un fracaso o un éxito deportivo? Vosotros no sé, yo muchos, en ambos casos. Con esto, sólo quiero dejar constancia de que el aspecto psicológico de un deportista extraordinario es especial. Éste se enfrenta a situaciones de estrés físico y psicológico brutales.
Pues bien, ¿existe algún test fiable de medición de nuestro estado psicológico? Sí, existen, pero no adaptados a la vida especial que desarrolla un ciclista. Se pueden adaptar, modificar, variar o convertir pero entonces ya estamos acercándonos a una chapuza.
Para un ciclista al que la competición le supone un estrés fisiológico y psicológico, hay que entrenarle y prepararle en ambos aspectos. El rendimiento y los valores físicos están ahí, me lo dice un aparato; tantos vatios, tantas pulsaciones...estás al 80%. Para descubrir los valores psicológicos hay que hondear un poquito más...
El entrenador aquí, juega un gran papel o, por lo menos debería jugarlo. Si es un buen entrenador, será consciente de esto que estamos desarrollando aquí; de que la fuerza psicológica y la motivación por mejorar son los indicativos más importantes de que tarde o temprano, los objetivos llegarán.
El entrenador tiene o debe estar al pie del cañón para detectar cualquier anomalía. Un test de esfuerzo máximo o submáximo es un muy buen momento para identificar debilidades psicológicas del deportista o detectar el ansia y la motivación extremas. Ver hasta dónde es capaz de sufrir por mejorar, ver que cuando no puede más, sí puede porque quiere... es sí o sí, el mejor indicativo de cómo está su campo psicológico.
Aquí ya lo hemos dicho muchas veces...El ciclismo es un deporte visceral. Muy visceral. Y eso hace que a veces, olvidemos que el ser humano no es una máquina a la que podamos decirle: "...Ahora a tope, Ahora relaja..." No. A veces ni tenerlo todo ni las facilidades son suficientes para estar bien psicológicamente. Por eso, el aspecto psicológico, no se debe descuidar nunca por parte de un buen entrenador. Tampoco los propios deportistas deben obviar éste aspecto. Exprimimos nuestro corazón, saturamos nuestros pulmones y machacamos nuestros músculos sin preguntarnos, cómo se encuentra el artífice de todo ello: Nuestra cabeza.
El camino hacia un objetivo pasa por dificultades, como pasa en la vida de cualquier persona pero, será la fuerza con la que miremos ese objetivo la que nos haga "recular" o coger carrerilla para arrancar con fuerza. Hace poco leí en un tweet una frase que me gustó: "...La motivación es tener motivos, y yo, tengo uno..." Pues bien, al igual que pasa en la vida, lo que se quiere, se puede y, está en nuestra mano, decidir cómo afrontarlo.
Buscad un objetivo, convertirlo en vuestro sueño y trabajad porque soñar es gratis, conseguir cumplir vuestro sueño...No.
Felíz Navidad a todos y Fullgass en 2014.