Un día de estos un amigo muy querido me compartía de un suceso lamentable, un familiar suyo había optado por quitarse la vida por no encontrar soluciones a su problema. Tal vez esa sea la salida más común por la cual muchas personas se inclinan en momentos de desesperación, pero obviamente no la mejor. Yo te digo hoy ¡NO TE RINDAS!, los tiempos difíciles no se quedan para siempre, pasan y nos permiten crecer en nuestro ser espiritual y emocional.
Hoy le comentaba a una excelente persona sobre este tema, y le compartía que he aprendido a disfrutar los tiempos difíciles creyendo que precisamente pasan y que cuando esto suceda, podré devolverme a pensar en ellos, como una persona más rica en espíritu, en fuerza, y en emociones; capaz de dar el siguiente paso y de enriquecer también a otros por medio de estas experiencias.
En ocasiones los tiempos difíciles son producto de nuestras propias decisiones que intencionadamente o no, nos generan consecuencias, y estas consecuencias hay que afrontarlas y ser determinantes en aceptarlas y sobrepasarlas. Aquí en este punto, las justificaciones, sea que tengamos la razón o no, ya no cuentan. Cuando gastamos energía y fuerzas tratando de que nos entiendan en medio de nuestro error, perdemos tiempo valioso en superarlo más rápidamente. Los procesos de aprendizaje pueden ser largos o pequeños y esto también va a depender únicamente de nosotros; de nuestra humildad, actitudes y decisiones.
¿A quién de nosotros no le han sobrevenido tiempos difíciles? A todos seguramente y en varias ocasiones, pero no nos hemos quedado allí, hemos avanzado. Y si no es tu caso, si te quedaste varado en un tiempo de desconsuelo y sin encontrar una salida, te digo ¡NO TE RINDAS! Que lo mejor está por venir. Mira dentro de ti y proyéctate en el mañana, ¿qué deseas para ti, cuáles son tus planes, tu visión? y sueña. Sueña con la vida, sueña con un mañana lleno de bendiciones y planes hermosos para ti y los tuyos.
Esos planes los forjamos día con día, a través de las decisiones que tomemos en medio de la situación que vivamos. La vida no se acaba en tu problema o en tu angustia, esto es parte de ella. No desperdicies todo lo hermoso que se te ha dado en sentirte derrotado y vencido, sino más bien, agradece cada día por lo que tienes y se ha confiado a tu cuidado.
Para mí el principio de todo es la gratitud por lo que he obtenido o por lo que se me ha quitado, al fin de cuentas nada nos pertenece, nos ha sido prestado para que lo cuidemos y administremos de la mejor manera. Cuando comprendes esto, te sentirás más entusiasmado en pensar que todo es un regalo, así como la vida misma, y aprenderás a ser una persona con un espíritu agradecido sin importar la circunstancia que estés viviendo.
¿Qué has hecho y qué vas a hacer de hoy en adelante con tu vida?
Cuídala, cuida tu cuerpo, mente y corazón; vela por pensamientos positivos, agrega toda la asertividad posible mezclada con entusiasmo, y verás que cualquier situación que se venga en tu andar, podrás enfrentarla desde otro punto de vista, uno que te dice que: “los tiempos malos son momentáneos”, y que además, te impulsará a tomar mejores caminos, a enfrentar tus errores con optimismo y a seguir forjando un futuro mejor. Tan sólo ¡NO TE RINDAS!
Piensa en todo lo que tienes para dar, si tienes hijos, hermanos, esposo o esposa, date cuenta de todo lo que tienes para enseñar y compartir, tus experiencias pasadas son vehículos que enriquecerán y consolarán a otros cuando te escuchen.
Si estás depresivo, rodéate de personas que te apoyen y te brinden su abrazo, su refugio y su mano amiga, date la oportunidad de sentirte amado, esto refrescará tu ser. Cuando estamos viviendo tiempos difíciles tenemos mejores días que otros, si estás en un mal día, trata de encontrarte con un amigo o alguien de tu confianza y habla de lo que hay en tu interior, no te lo dejes todo para ti, porque puedes encontrar un buen consejo y guía en alguien más y esto traerá paz y renuevo para seguir adelante. Y aún más, ay amigos que sostienen tus brazos cuando ya no puedas levantarlos, hasta que las fuerzas vuelvan de nuevo a tu ser interior.
No tomes decisiones en tiempos difíciles, porque nuestras emociones están debatiéndose en lo que se pudo hacer mejor y no se hizo por la razón que fuera. Mejor concéntrate en pasar la tempestad y refúgiate en un lugar en donde te puedas resguardar de esta, trabaja con tus emociones, no te aísles, busca consejo y compañía, además, toma tiempo para examinar tu alma y corazón, saca lo malo, avanza con los valores buenos que hayas forjado en tu interior durante tu vida y trata de sobrellevar el momento hasta que haya pasado la tormenta.
En el tiempo más inesperado te darás cuenta que el Sol salió de nuevo y brilla con un hermoso esplendor, calentándote con sus rayos e iluminando tu camino, ahora sí, es el tiempo de tomar decisiones, porque ya estás más tranquilo y tus emociones han vuelto a la calma, así como el cielo aclara después de la tormenta, también tus ideas, tus sentimientos, tu mente y espíritu ven con claridad.
Querido lector, sobre todas las cosas ¡NO TE RINDAS! Porque los tiempos mejores aún están por venir, y mira la vida ¡que hermosa es!, agradece lo que se te ha dado y busca ser una persona completa y feliz con lo que tienes, aprende a ser alguien que en medio de las tormentas sabe dónde puede refugiarse y aguardar a que la lluvia pase. Recuerda que es importante buscar compañía de amigos y hablar sobre lo que nos pasa para recibir consejo, no tomes decisiones hasta esperar que todo pase, y además, nunca se te olvide que la vida es un hermoso regalo por el que debemos agradecer día a día, ni el problema ni la tempestad permanecen, todo acaba, y la luz brillará de nuevo para ti.
“Nada da a nadie tanta ventaja sobre otro como mantener siempre la serenidad y la calma bajo toda circunstancia” Thomas Jefferson
“Si ha cometido equivocaciones, incluso graves, siempre hay otra oportunidad para usted. Lo que llamamos fracaso no es el caer sino el permanecer caído” Mary Pickford