En estos días, la idea de que "esto también pasará" irónicamente se ha vuelto anticuada. El cambio ya no ocurre de vez en cuando. El cambio, ahora, es constante.
Hoy, hablando de #Liderazgo: NO TEMAS AL CAMBIO: PROVÓCALO.
El cambio se ha convertido en una forma de vida. Esto no es cierto sólo en asuntos de tecnología, con softwares que ya están obsoletos cuando llegan a los puntos de venta. También es cierto desde el punto de vista económico, social, empresarial o laboral.
Ante esta situación, ¿cuál es la posición del líder empresarial? Su trabajo no sólo es reaccionar ante el cambio sino que, por el contrario, su obligación es provocarlo. Y, sorprendentemente quizás, el mejor momento para activar un cambio es cuando las cosas van bien.
Desde luego, si las cosas no van bien y no haces algo distinto, seguirás obteniendo los mismos resultados. Pero siempre estás en mejores condiciones para generar cambios cuando actúas desde una posición de fuerza y no cuando actúas desde una posición de desesperación. Cuando eres fuerte, tienes los recursos, el impulso y la confianza para asumir un riesgo prudente. También entonces dispones del lujo de la "libertad para fallar", porque incluso un fracaso profundo en ese cambio no te destruirá.
A la hora de cambiar, el líder decide hasta qué nivel quiere subir el listón, impulsando la creación de organizaciones, procesos, productos y servicios sobresalientes donde ya eran buenos.
El mejor momento para subir el listón es cuando estás en buena forma. Tenemos un éxito más dramático cuando construimos sobre nuestras fortalezas, no cuando tratamos de corregir las debilidades.
Para subir el listón de la manera más efectiva, tenemos que descubrir por qué ya somos buenos y explotar esas características de nuevas maneras. A menudo nos dejamos llevar por tratar de descubrir por qué fallamos, por qué las cosas salieron mal y qué podemos aprender de esos errores. Esa intención es correcta, siempre y cuando no evite el aprender también por qué tenemos éxito. Las buenas ventas, los comentarios positivos de los clientes y las rentabilidades sólidas son maravillosos, pero no sirven para volver a subir el nivel a menos que comprendamos por qué las ventas funcionan, por qué los clientes están tan contentos o por qué los costes se redujeron.
Los líderes toman la iniciativa para establecer nuevos niveles de desempeño, en motivar a las personas para cumplir con esos nuevos estándares y en evaluar el progreso para alcanzarlos. Demuestran por qué es importante, cómo lograrlo y luego celebran el éxito alcanzado... justo antes de establecer otra nueva altura.
Los líderes crean el cambio. Establecen nuevas metas. Hacen que las buenas organizaciones sobresalgan y que las organizaciones sobresalientes sean soberbias.
Cualquier organización que "se-mantiene-con-una-salud-correcta" está en esa posición porque tiene líderes que ya no pueden escalar más.
Fuente: https://www.garridofreshmentoring.com/no-temas-al-cambio-provocalo