Revista Opinión
(imagen vía WeHeartIt)
A veces escribimos o planificamos una historia y, en un momento inesperado, en un ataque de esos de inspiración que nos dan a veces o un día, en el baño, se nos ocurren nuevas ideas para la historia. En un principio es algo bueno, puesto que llevamos tiempo trabajando en ella (ya sea con el manuscrito o con esquemas), pero cuando nos damos cuenta de que la idea nueva no tiene nada que ver con lo que teníamos planeado, pero aun así nos gusta mucho, muchísimo más que la idea original, lo que hay que hacer es reescribirla. Se puede optar también por eso de que "la primera idea es la que cuenta" y seguir empecinado en escribir con la idea original, ¿pero sabes cuándo vas a poder sacarte de la cabeza la nueva, si es que de verdad te ha gustado, si es que de verdad es ésa idea y no otra la que le pega a tu historia y no la escribes? Ya te lo digo yo: nunca.
Pero no por eso hay que desechar lo que ya llevas escrito o los esquemas que llevas elaborados. Quizá en un futuro, con unos nuevos personajes y un nuevo giro argumental, quién sabe, esa idea original tenga un nuevo futuro. En cuanto a la nueva idea y a su aplicación en el proyecto, aquí van algunos consejos.
1. Siempre que me pasa algo imprevisto como esto, algo tan grande como que implica tener que cambiar la esencia de una novela que ya estaba planificada casi al párrafo en mi cabeza, apunto todo sobre la idea nueva y empiezo un nuevo trabajo de planificación. Dejo a parte la escritura o los esquemas que llevo hasta el momento y empiezo de cero a partir de la nueva idea. Lo que intento con esto es ver hasta cuándo puedo tirar de la nueva idea, cuánto dará de sí. Porque quizá en un principio haya algo que nos parezca una joya, pero luego sea inviable en el papel, y tengamos que regresar a la idea original.
2. Quizá hay elementos que quieres conservar de la primera versión. Y no me refiero a elementos clave de la novela como personajes o ubicaciones, sino detalles de la personalidad de algunos de ellos (aunque fíjate bien si, con el nuevo argumento, no es mejor cambiar los caracteres de los personajes por completo), objetos que pueden tener algún significado importante en la trama y hasta trozos de diálogos. Por eso es importante no deshacernos del primer documento y, de hecho, si lo consultamos a la vez que reescribimos la historia, mejor.
3. A la hora de reescribir yo aconsejo hacerlo en un nuevo documento, en una nueva página en blanco. Hay mucha gente que reescribe sus historias sobre el documento que ya estaba escribiendo, pero por experiencia propia, esto termina siendo un caos a la hora de las correcciones. Porque puede que el nuevo giro que quieras darle no sea una idea argumental, sino narrar la misma historia en diferente tiempo y persona, por ejemplo, porque piensas que va a quedar mejor así. Si comienzas a cambiar uno a uno los verbos y las palabras para que la nueva persona y el nuevo tiempo te encaje, alguno se te pasará. Y se te mezclarán las personas y los tiempos, y se te hará un lío en la cabeza de cuidado y cuando tengas que corregir la historia, tardarás el doble (por lo menos a mí eso es lo que me pasó una vez, y acabé tan cansada que decidí empezar de cero y desde entonces, siempre abro un documento nuevo para reescribir).
Y de momento, nada más. No tengáis miedo a reescribir, a creer que vuestra historia puede estar mejor escrita y puede ser mejor historia si cambias cosas que, hasta el momento, no os habíais planteado. No tenéis prisa y, lo mejor de todo, si no desecháis la idea inicial, en un futuro podéis volver con ella, reescribiéndola :)