Si a esto le sumamos que reconocen no encontrarse bien, que tienen un fondo de casi angustia, como de falta de algo, entonces es que hay cosas en su vida que no funciona. Claro que pueden ser un montón de causas las que llevan a esa situación pero si no es capaz de verbalizarlas, entonces la resolución de la situación se pone muy difícil. N
o objetivos, no alegrías, no emociones, no esperanzas, no… nada. La situación me recuerda a la cebolla sin pelar. Para llegar al cogollo, necesitas quitarle unas cuantas capas. ¿Y cómo lo hago? Es difícil decirle a la cebolla que se pele sola para que ofrezca lo mejor de sí. Hay una herramienta sencilla, básica y generalista pero muy efectiva a la vez. Da un punto de partida. Ofrece la posibilidad/excusa para ayudar a visualizar cómo estoy en este momento. Se llama la rueda de la vida. En la imagen la tenéis. Su modo de utilización es fácil. Rellenar con valores del uno al diez en función de cómo te encuentres en esos campos. Por si alguien quiere más profundización en esto os invito a que pinchéis aquí. Este artículo es de Pedro AmadorA partir de rellenar esta rueda, los temas de conversación fluyen, lógicamente trabajando sobre aquellos “quesitos” que están más desfavorecidos o incluso pensando sobre los que están bien. Y a partir de este pequeño paso puede surgir la emoción que motive, la puesta en marcha de un proyecto de mejora, vamos, de un objetivo.Te invito a que te plantees rellenar tu rueda. Luego si quieres, me la envías y comentamos. No se pierde nada pero puedes ganar mucho. Como mínimo pensarás en ti, lo que no está nada mal. Existen más herramientas para trabajar los acompañamientos y la profundización en objetivos. En este blog puedes encontrar algunas. Pincha aquí.