Revista Maternidad
En el momento en que el embarazo se hace evidente, la tripa parece ejercer un magnetismo irresistible tanto para conocidos como desconocidos, de tal forma que, no se como ni porque, se sienten "invitados" a posar su mano sobre tu nueva redondez, sin pedir permiso, sin previo aviso, sin apenas mediar palabra...
Y digo yo, que pasaría si me acercara a comprobar el volumen de la barriga cervecera de algún incauto???
Parece que por el hecho de estar embarazada todo el mundo tenga derecho a perderte el respeto y la educación, permitiéndose el lujo de establecer contacto físico contigo sin ningún problema...
Estoy por fabricarme una camiseta que directamente ponga NO TOCAR.... o mejor aún, fabricarme una que produzca descargas eléctricas a quién pose su mano en mi tripa.
Y ahora, decidme... soy yo la rara o a vosotras también os molesta?