Llevo muchos años dando charlas en los sitios más dispares. Primero, empecé pasando diapositivas pero tenía el problema que en los lugares en donde "actuaba" no tenían el proyector más usado, Kodalkcarrusel, quedándome "colgado" en más de una ocasión. Hice un esfuerzo y me compré uno a pesar de su elevado coste. Con el tiempo, apareció la tecnología digital y, como consecuencia, el proyector y las diapositivas se fueron a la basura. En estos momentos, en que parecemos estar ya en la cima de la última novedad, me ocurre lo mismo y a los grandes expertos también. Se lo explico a continuación.
Cuando vas de ponente a los diferentes congresos, reuniones o charlas sueles encontrarte con la zona de audiovisuales en las que, teóricamente, con la conferencia enlatada en la memoria de un pendrive deberías tener suficiente para proyectar las diapositivas y vídeos. Pero no es así: la tecnología se complica al dividirse en seguidores de Mac y Windows y, muchas veces, lo que funciona en tu ordenador no funciona en el del congreso o el aula. Para evitar problemas me compré mi propio proyector y junto con un portátil voy recorriendo esos mundos de dios con menos sobresaltos. Pero, en poco tiempo me han ocurrido dos incidentes que demuestran que la tecnología todavía falla mucho y que el hombre va perdiendo capacidad de reaccionar. ¡Cómo admiro a los grandes oradores!. Ellos no necesitan teleprompter ni diapositivas, sólo su palabra con una buena entonación.. ¿Sabe los que es un teleprompter?