Quién no ha sufrido al tratar de comunicarse con un amigo 1.0 que desconoce cualquier cosa que se lleva a cabo en internet?
Ese tipo de amigo que lleva todavía el mismo móvil desde hace 5 años, que no tiene reproductor mp3 ni piensa en tenerlo. Que cuando le hablas de que tienes un “blog” te contesta que para qué sirve un “bloc” (anécdota personal). Que en cuanto sacas temas relacionados con Twitter, Facebook, WordPress, Blogosfera… Te pone cara de “no entiendo un carajo”.
Pero claro, es tu amigo, os conocéis desde hace muchos años. No vas a romper la relación por el simple hecho de que prefiera mantenerse alejado de todo lo 2.0, verdad?
Espera un momento. No será que los que vivimos permanentemente conectados nos estamos creyendo el ombligo del mundo? Cada día son más nuestras amistades 2.0 y pensamos que ya todo el mundo vive al mismo ritmo de interconexión. Craso error.
No todo el mundo tiene nuestros mismos intereses, y lo que es peor, no tiene ni el más mínimo interés de compartir nuestro estilo de vida. Por tanto hay que comenzar a cambiar un poco el chip cuando hablemos con la gente de nuestro entorno. Cuesta, lo sé. A veces incluso es frustrante cuando alguien te pregunta qué es un blog, pero esos son excepciones.
Ni todo el mundo vive en el campo aislados del mundo 2.0 ni tampoco estamos rodeados de ninjas de la tecnología, que dominan todas las redes sociales y las principales comunidades 2.0.
Soy el único que se guarda temas de conversación pensando que mi interlocutor ya conocerá esa noticia, ya habrá visto ese video en youtube o ya habrá recibido ese meme en su correo? Y cuantas veces descubres que el otro no tiene ni idea de algo que para ti es lo habitual del día a día? Frustración lo llaman.
En realidad cuando me encuentro con un amigo 1.0 siento un poco de nostalgia. Esos años en los que cada uno se especializaba en un hobby, que luego podías o no compartir con tus amigos. Pero ahora todos sabemos de todo en internet. Hace unas semanas éramos unos expertos en política internacional, nos atrevíamos a opinar sobre las revueltas de Túnez y Egipto. Luego nos convertimos todos, y digo todos, en geólogos/físicos nucleares, capaces de analizar lo que está sucediendo en Japón con el tsunami y los daños a la central nuclear de Fukushima.
No será que nos estamos convirtiendo en unos gilipollas con la cabeza repleta de datos y cifras? Me gusta la última campaña de Mercedes, Vivimos Intoxicados. Por ahí iría la cosa, verdad?
Los que somos “heavy users” de la red pensamos que todo el mundo vive con el mismo nivel de sobreinformación que nosotros. Eso es normal si sólo te rodeas de gente como tú. Pero tarde o temprano toca salir al mundo real y descubrir que no todos son “ninjas” de la información.
Nada mejor que un buen baño de la realidad para afrontar el tema con otro aire. Disfrutemos del mundo 2.0 pero no olvidemos las grandes ventajas que ofrece el mundo 1.0, como la privacidad, el anonimato, la pausa, la sensación de libertad. Eso no lo encuentras en internet, verdad?