Revista Espiritualidad
Yo diría que no solo por nuestra apariencia, sino que en general no tratemos de distinguirnos.Aveces vamos a una reunión y hay alguna persona que quiere llamar continuamente la atención de los demás de la manera que sea. Esto suele molestar al resto del grupo. Estas personas que quieren ser protagonistas, suelen ser infantiles y tienen necesidad de la atención de los otros, aunque ni siquiera conozcan a esos otros. Nosotros no debemos intentar ser el centro de atención. Tenemos que procurar que nuestra autoestima vaya creciendo, porque así no necesitaremos llamar la atención de los demás. Si dejamos de mirarnos el ombligo, nos fijarnos en lo que está ocurriendo fuera de nosotros y participamos con normalidad, estaremos más integrados y disfrutaremos más de todo. El consejo 54 de Gurdjieff a su hija fue:
No trates de distinguirte por tu apariencia