Revista Insólito
No hay cintas de tafilete
que puedan amarrar las lenguascuando arrastran la verdad,
y guardan como quelonioslas palabras dentro de su caparazón.
Cuelgo las llamas que salen de mi bocaen un talabarte que se sostiene junto a mi piel,despecho callado de tanta injusticia.
Construye el dolor un tándem que avanza hacia la conciencia, y pedalean con fuerza iracunda las protestas de aquellos a los que, se les obliga a callar su explotación.
Súplicas de papel, con lágrimas de tintaque escriben el réquiemde quien entrega la vida sin saber,siquiera, que la había comenzado.
Y mientras, se escuchan los vagidos mudos,las infantiles voces que cantan a la lunaporque el sol, apenas roza sus párpadosalambrados en los sótanos de los titanes.
(El viento recogido en un hatillo,no hará volar las cometas.Porque el oro de sus sueños,es la codicia de los indeseables) J. Corsina