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“NO VOLVERÉ A TENER MIEDO” de Pablo Rivero, crónica de un parricidio anunciado.

Publicado el 23 septiembre 2018 por Marianleemaslibros
“NO VOLVERÉ A TENER MIEDO” de Pablo Rivero, crónica de un parricidio anunciado.
  SINOPSIS DE LA NOVELA
“La madrugada del 9 de abril de 1994 una familia es asesinada mientras duerme. El crimen conmociona a la sociedad española por la brutalidad de los hechos y porque es cometido a sangre fría por uno de sus miembros. Estos son sus últimos siete días de vida.
Tras una fuerte discusión, el padre abandona la casa familiar. Laura, la madre, arrepentida de haber sacado a la luz los secretos que con tanto esmero se esforzaban en esconder, tendrá que lidiar con los dos hijos que nunca quiso mientras encuentra la manera de hacerle volver.”“NO VOLVERÉ A TENER MIEDO” de Pablo Rivero, crónica de un parricidio anunciado.“NO VOLVERÉ A TENER MIEDO” de Pablo Rivero, crónica de un parricidio anunciado.
Pablo Rivero Rodrigo (Madrid, 11 de octubre de 1980) es un actor español.
Ha participado en unas cuantas películas, pero el papel que le ha dado la fama es el de Toni Alcántara en la serie de TVE "Cuéntame cómo pasó", un personaje que lleva interpretando desde el estreno de esta producción en 2001, protagonizada por Ana Duato e Imanol Arias.
En 2017, el actor se aventura en la novela “No volveré a tener miedo”, publicada por la editorial Suma.
“NO VOLVERÉ A TENER MIEDO” de Pablo Rivero, crónica de un parricidio anunciado.Este es el primer párrafo de la novela: “Parricidio: delito que consiste en matar a un familiar, en especial  al padre, a la madre, a un hijo o al cónyuge”. De entrada, tales palabras, el título y la sinopsis de la cubierta ya prometen. Parece que tenemos  entre manos una novela que puede ser interesante, intrigante, os cuento…
Nos encontramos con una familia claramente disfuncional: el padre violento, que tras una de las habituales discusiones con su mujer, abandona el hogar dejando sobre todo al pequeño Mario desconsolado, una Laura frustrada y embarazada de nuevo, que depende tanto de su marido que no sabe que va a hacer sin él, y Raúl el hijo mayor adolescente siempre asqueado, protestando por todo que no hace más que escuchar sin parar a su grupo preferido, Nirvana, para evadirse y aislarse del mundo.
Ahora lo único que quiero es verlos muertos y acabar con toda esta mierda de una vez. Se acabó. Estoy hasta los huevos de mi madre, de su mala hostia y de que nos trate como a mierdas. Se acabó —repetía para sí—. La vida son dos días y aquí me estoy pudriendo por dentro. ¡Tengo tantas ganas de irme lejos y que le den por culo a todo.
Comenzamos la lectura de una forma prometedora, sabiendo muchas cosas: sabemos que una familia ha sido asesinada por uno de sus componentes y que los capítulos venideros narrarán la última semana en la vida de todos ellos, sabemos que el padre los ha abandonado tras la última discusión fuerte con su mujer y que Laura intenta retomar su carrera de actriz (la que tenía cuando se quedó embarazada de su primer hijo) para seguir alimentando sus aires de grandeza, porque está convencida de que si él la ve en la tele y la considera autosuficiente, regresará. 
Desde que dejó de ir a castings y estar en activo, su mejor terapia era pasar la mayor parte del día sola viendo películas sin parar. Películas con personajes de mujeres fuertes, poderosas, pasionales y luchadoras que luego se divertía imitando. Esa era la imagen de sí misma que se esforzaba en proyectar.
Pero también desconocemos muchas cosas: no sabemos que ha podido hacer o decir Laura para propiciar su marcha de forma definitiva (intuimos que algo muy gordo ha tenido que pasar), y porqué esta vez no ha habido reconciliación, como suele ocurrir después de sus habituales y violentas discusiones.
Acostumbrado a vivir entre gritos, peleas y gente que nada tenía que ver con él. A sus dieciséis años lo único que buscaba era poder estar tranquilo sin que le molestaran. Que no le cuestionaran ni pidieran cuentas.
Tampoco se sabe que pasó con Jonathan, el amigo íntimo de Raúl y vecino de dieciséis años que desapareció hace ya más de un año una noche cuando sacaba al perro y del que nunca más se supo.
El joven de dieciséis años desapareció hace casi un año en el barrio en el que vivía. Los hechos ocurrieron sobre las once de la noche, cuando Jonathan salió de su casa para sacar a su perro y tirar la basura. Una hora después su familia se alarmó cuando vio que no volvía. Al salir a buscarlo, la basura estaba en el contenedor, pero no había ni rastro del joven. Lo único que encontraron fue al perro solo en mitad de la calle con la correa puesta.
Percibimos que son infelices y tienen miedos, miedos distintos, cada uno a su manera y que cualquiera de ellos podría tener motivos para explotar, pero no sabemos cual de ellos ha sido el que al final no ha podido mas y ha estallado. 
Laura y Raúl son muy parecidos, ambos egoístas, dos seres egocéntricos sin una pizca de empatía hacia nadie, ni siquiera hacia las personas que se supone deberían querer. Ella no es la típica madre orgullosa de sus hijos, no, todo lo contrario. Siempre ha considerado que estos le arruinaron la vida y su carrera profesional, sobre todo teniendo en cuenta que nunca quiso tenerlos y ahora no tiene ni pizca de ganas de tener que aguantarlos sola. Raúl es tal para cual, incluso siente aversión hacia su propia madre y la obligación de tener que cuidar a su hermano pequeño le fastidia, le ahoga.
Mario en un principio es el más normal de todos, pero con el avance de la lectura te vas dando cuenta de que también tiene lo suyo. Es un niño que se siente muy solo, por haber carecido siempre de amor materno, y que ahora echa mucho de menos a su padre, el único que le quería y mimaba. También es un niño demasiado influenciable y con muchos miedos alimentados por su hermano mayor.
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Sí y no, os explico. . .  La novela no está mal, pero no me ha terminado de convencer. El comienzo es bueno, como ya he dicho, prometedor, pero según avanza la cosa decae mucho y llega un momento  en el que la historia parece estancarse, no evoluciona y hasta aburre un poco porque parece que siempre sucede lo mismo cada día, a cada uno de ellos. La verdad es que estuve tentada de abandonarlo, y si no lo he llegado a hacer ha sido únicamente por pura curiosidad, porque quería saber el final, el desenlace, que por otra parte tampoco es que me ha convencido.
Curiosamente los tres personajes principales me han caído fatal, me han parecido insoportables, fríos como témpanos y no he llegado a empatizar con ninguno, ni siquiera con Mario el pequeño. Laura y Raúl me han transmitido en todo momento rechazo, rechazo y nada más que rechazo. Llama la atención también que entre ellos tres no hay cariño de ningún tipo ni ternura, ni entre la madre y sus hijos, ni entre los dos hermanos. 
Reconozco que de por sí soy un poco reacia a leer las típicas óperas primas de personajes conocidos del mundo de la televisión o del cine, que de buenas a primeras deciden ponerse a escribir (tipo Carme Chaparro, Boris Izaguirre, Sandra Barneda, etc…). Sé que esta actitud es una arma de doble filo, porque seguramente me estaré perdiendo a buenísimos escritores, lo sé…
En el caso de "No volveré a tener miedo", tengo claro que no ha sido así y que de no haberla leído, tampoco me habría perdido nada importante. La prosa del autor es correcta, solo correcta, pero he notado alguna cosa que no me cuadraba, como por ejemplo el hecho de que en la sinopsis oficial y en alguna página del principio te cuenta que los asesinatos (los hechos) ocurren en la madrugada del 9 de abril y el último episodio se titula” domingo 10 de abril de 1994, día en el que ocurrieron los hechos” y empieza así: “La mañana del 10 de abril de 1994, Laura Raúl y Mario se despertaron casi a la misma hora”. ¿En qué quedamos? ¿Sucede en la madrugada del 9 o el 10 por la mañana? En fin, no es que sean cosas demasiado importantes, pero esos pequeños detalles incongruentes no me gustan.
Resumiendo: “No volveré a tener miedo” es un thriller para mi gusto del montón, entretenido, eso sí, que indaga sobre las posibles causas de un parricidio sucedido en los 90 en el seno de una familia un poco atípica y disfuncional, con personajes antipáticos, poco empáticos que no han conseguido emocionarme en ningún momento y cuyo final tampoco ha conseguido convencerme del todo.
¿Lo recomiendo? La verdad es que no, esta vez no me ha emocionado por eso mi nota no pude ser la máxima:
“NO VOLVERÉ A TENER MIEDO” de Pablo Rivero, crónica de un parricidio anunciado.

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