Revista Viajes

No volveré a un Zoo ni a seguir a unos orientales en el Barrio Rojo: Día 3 Amsterdam

Por Tevatelleva @tevatelleva

En este tercer día el primer objetivo fue el “Artis Royal Zoo”. Al bajarnos del tranvía lo primero que nos encontramos  fue este café. Decidimos entrar y tomar algo ya que intuía que estábamos ante el típico “Bruin Café holandés” del que había oído hablar.

“Bruin Café”

“Bruin Café”

“Bruin Café”

“Bruin Café”

Estos cafés marrones son de ambiente acogedor. Su entorno está favorecido por la luz tenue de las velas y  por ellos parece que el tiempo no ha pasado. Lo primero que busqué, para confirmar las sospechas, fue el gatito. Exacto, ahí estaba. Los Bruin Café reciben este nombre por las antiquísimas manchas de humo que cubren sus paredes y es usual encontrar en ellos un gato.

“Bruin Café”

“Bruin Café”

“Bruin Café”

“Bruin Café”

Seguimos andando y llegamos hasta el “Artis Royal Zoo” en el que pasamos la mañana y parte de la tarde. Plagado de animales y gran diversidad de plantas, recorrerlo requiere horas. Dispone de planetario, pabellón para caminar entre mariposas con especies botánicas súper curiosas y todo tipo de servicios como cafetería e incluso parque para niños.

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Y ahora viene mi reflexión personal….. Cierto que todo fue muy ameno y observé como los niños disfrutaban la visita de forma especial y entusiasmada. Pero mentiría si no les dijera que observé miradas tristes en los animalitos. Estoy a favor de lugares que fomenten su protección y desarrollo. Pero en mi opinión estos deben ser en sus hábitats naturales y rodeados por sus semejantes. No en jaulas expuestos, en algunos casos, a través de cristales. ¿Quiénes somos nosotros para congelar la vida a un ser vivo? A día de hoy, afirmo que no volveré a pisar un zoológico.

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Artis Royal Zoo

Tras pasar horas y horas en el zoo nos dirigimos a comer. Elegimos un lugar exterior por la diferencia económica. En esta cafetería, se encuentra justo enfrente del zoo, comimos por menos de 20€ unas brochetas de pocho con papas fritas, ensalada y bebida 2 personas. El trato por parte del empleado fue estupendo.

Cafetería en el exterior del Artis Royal Zoo

Cafetería en el exterior del Artis Royal Zoo

Nos ponemos en marcha dirección boca de metro para poder ir hasta el “Ajax Arena” y realizar la visita guiada al estadio (También gratuita gracias a la tarjeta turística). Antes de llegar a la parada nos encontramos con el precioso “Wertheimpark”. Un parque en el que jugaba libremente un señor con su perro. ¡Uno de tantos parques en los que vi esta situación! Y ni una caca en el suelo ¡Bravo, bravo, bravo! Aquí se encuentra el precioso monumento conmemorativo a las víctimas del campo de concentración “Auschwitz” obra de Jan Wolkers. Espejos rotos en los que se refleja el cielo (Lo pueden ver en mi Instagram por aquí es imposible subir todas las fotografias)

Wertheimpark

Wertheimpark

Wertheimpark

Wertheimpark

Entramos en la boca de metro “Waterlooplain” y nos sorprendió una muestra de objetos encontrados en la zona en las obras realizadas con más de 6 siglos de antigüedad.

Boca de metro Waterlooplain

Boca de metro Waterlooplain

Llegamos al “Ajax Arena” a las 5 y media y la última visita había sido a las 5(Critica a la I Amsterdamcard: Debería indicar los horarios de las atracciones y museos) Desde aquí decidimos volver a la Estación Central y perdernos por las callejuelas del centro.

No volveré a un Zoo ni a seguir a unos orientales en el Barrio Rojo: Día 3 Amsterdam

“Ajax Arena”

Terminamos en el “Barrio Rojo” y alrededores, disfrutando de sus garitos y ambiente. Como anécdota les contaré que vimos a un grupo de orientales bajo la atenta mirada de un “guía” (eso deduje) mientras este les explicaba algo ante el escaparate de una tienda de preservativos.

Cervezitas en el Barrio Rojo

Cervezitas en el Barrio Rojo

Orientales que miraban boquiabiertos este escaparate

Orientales que miraban boquiabiertos este escaparate

Se me ocurrió la fantástica idea de seguirlos. Dije ¿Y si están haciendo una visita guiada? Los seguimos y veremos el barrio sin perdernos (como casi siempre XD )Conclusión, además de las continuas y extrañas miradas de los orientales, lo único que obtuvimos fue un viaje de vuelta en línea recta a la Estación Central. Así que……Vuelta a empezar. Pero antes, paradita para tomar otra cervecita.

Barrio Rojo

Barrio Rojo

¿Qué les puedo decir del Barrio Rojo? Es una zona compacta cuyas callejuelas merecen la pena ser pateadas y en el que te sorprende la preciosa “OudeKerk”. Ironías de la vida, en pleno centro del pecado se encuentra la iglesia más antigua de la ciudad y junto a ella, en los adoquines, una placa con un torso desnudo dorado que te recuerda:  ¡Ojo! Estás en el epicentro del pecado (Imagen de la placa en mi Instagram)

 “OudeKerk”

“OudeKerk”

Está prohibido fotografíar a las chicas, pero lo que vio mi retina sí que lo puedo contar. Mujeres guapísimas ronroneando de una forma muy sensual. Ambiente marcado y acentuado por la sugerencia de la luz roja en contraste con la fluorescencia de la ropa interior y sonrisas perfectas. Me impresionó su juventud, belleza y, me atrevo a deducir que, ninguna de las chicas era de nacionalidad holandesa.

Barrio Rojo

Barrio Rojo

 Termina así este tercer día y aprovecho para pedirles mil disculpas por la tardanza en las publicaciones. Tengo problemas con el ordenador.

Y como siempre…………gracias, gracias, gracias por estar aquí, conmigo.

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