De momento sólo he escuchado el primer single de No Guts. No Glory., el nuevo álbum de Airbourne, pero si todo el listado es igual, la elección de qué camino tomar ante la encrucijada habrá sido la correcta. Si el primer disco de una banda no convence, el segundo, como Sevilla, tiene un color especial… puede ser el último. Pero si no es así, aunque la presión sea mucho menor, también se corre un riesgo. El dilema entre reafirmarse en el sonido con el que se ha alcanzado el éxito y apostar por otra cosa que dé más aún puede terminar mal. Y es que, en este último caso, la gallina de los huevos de oro puede acabar sin cabeza prematuramente, el cántaro de la lechera, hecho añicos y el gozo en el pozo.
Sin saber que No Way But The Hard Way pertenece a No Guts. No Glory., es más, sin saber que tal disco existe, lo más lógico sería incluir la canción en el de debut. Ahí está el quid de la cuestión, “los hijos ilegítimos de AC/DC” no titubean y dan otro paso adelante en su senda —por muy dura que ésta sea en el titular—. Al menos así sucede en el citado sencillo, disponible en iTunes desde el 9 de febrero, y su correspondiente videoclip. La misma estética, las mismas melenas y guitarras, el mismo Joel O’Keeffe descamisetado, y fundamentalmente, el mismo Heavy Metal. ¿Harían eso con la motosierra porque los directivos de la discográfica les propusieron un cambio? Yo te propongo descubrirlo.