El cineasta Michael Moore visitó a los participantes de Occupy Wall Street, a quienes Noam Chomsky envió un mensaje de apoyo, sumándose a otras figuras que continúan dando un alto perfil a esta pequeña acción que se ha mantenido durante más de una semana en un parque a un par de cuadras de Wall Street.
Pese a las amenazas de las autoridades, la represión policial y el arresto de más de 80 de ellos el sábado pasado –con excesivo uso de fuerza, que ya generó denuncias formales contra la policía de Nueva York– y una generosa cobertura de algunos medios masivos, incluso el New York Times, noticieros de televisión y radio locales, además de redes sociales y herramientas como el Livestream, la breve presencia de Michael Moore y la expresión de apoyo de Noam Chomsky alegraron la jornada.
En 100 años la gente recordará que ustedes llegaron a esta plaza e iniciaron este movimiento, declaró el cineasta ante unos 150 manifestantes. Sin megáfonos o sistema de sonido, las palabras de Moore llegaban a todos con la práctica que se utiliza en las llamadas asambleas generales, donde cada fila de personas repite en coro las palabras a los que están atrás, y como ola se trasmite el mensaje. "Han hecho algo muy histórico y muy importante, tenía que suceder en algún lugar", dijo Moore, y recordó que hace unos 11 años él mismo fue detenido frente a Wall Street cuando, junto con Rage Against the Machine, decidió lanzarse contra las puertas de la bolsa de valores.
Moore ofreció sus ideas a la lista de demandas que los manifestantes han estado elaborando en las diarias asambleas generales: Quiero ver a los responsables de la destrucción de millones de vidas esposados y llevados ante la justicia. Otra demanda, agregó, sería hacer que los ricos paguen, fijándoles altos impuestos. Acusó a los dueños de Wall Street: “son ladrones, son gánsters, son cleptómanos; han intentado tomar nuestra democracia y volverla una hipocresía.
No se desanimen por ser sólo unos cuantos cientos aquí ahora. Todos los grandes movimientos empiezan con unos cuantos cientos, afirmó. Lo que tenemos que hacer aquí es darnos cuenta de qué tanto más poder tenemos que ellos. Ellos creen que el poder deriva de sus cuentas bancarias, pero nuestro poder se deriva del pueblo; todo el pueblo, no 400 personas (ricas).
Los manifestantes también recibieron una declaración de apoyo de Chomsky. “Cualquiera que tenga los ojos abiertos sabe que el gansterismo de Wall Street –las instituciones financieras en general– ha causado un daño severo al pueblo de Estados Unidos (y del mundo). Y deben saber que ha sido así cada vez más a lo largo de más de 30 años, al incrementarse de manera radical su poder en la economía, y con ello su poder político. Eso desencadenó un ciclo vicioso que ha concentrado riqueza inmensa, y con ello poder político, en un sector muy reducido de la población, una fracción del uno por ciento, mientras el resto se vuelve cada vez más lo que a veces se llama ‘un precariado’: sobrevivir en una existencia precaria.. Los más poderosos y ricos realizan estas actividades feas casi con plena impunidad; no sólo son demasiado grandes para fracasar, sino también ‘demasiado grandes para encarcelarlos”’.
A su vez, Noam Chomsky envió esta carta pública al movimiento:
Cualquier persona con ojos abiertos sabe que el comportamiento gangsteril de Wall Street –y de las instituciones financieras en general– ha causado severos daños a los ciudadanos de Estados Unidos (y del mundo). Y debería de saber que lo ha estado haciendo por los últimos 30 años, al incrementar radicalmente su poder en la economía, y con esto su poder político.Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización
Esto ha instaurado un ciclo vicioso que ha concentrado inmensa riqueza, y con su poder político, en un minúsculo sector de la población, una fracción de 1%, mientras el resto crecientemente se convierte en lo que a veces se llama “un precariato” –intentando sobrevivir en una existencia precaria. También, realizan estas terribles actividades bajo casi completa impunidad –no sólo demasiado grandes para dejar caer, también “demasiado grandes para encarcelar”.
Las valientes y honorables protestas en marcha en Wall Street deberían de servir para traer esta calamidad a la atención pública, y llevar a esfuerzos dedicados a sobreponerse a ellos y colocar a la sociedad en un camino más saludable.