Noche de juegos
Una pareja muy competitiva se conoce durante un torneo en un bar y surge el amor. A partir de ahí, forman un dúo indestructible a cualquier tipo de juego, y se reunen con sus amigos cada fin de semana para pasar la noche retándolos a juegos de mesa. Una noche, aparece el hermano mayor de él y les propone un desafío mucho más interesante.
Aceptamos pulpo como animal de compañía. Así terminaba uno de los spots publicitarios más populares de la década de los 90´s. El famoso Scattergories hizo jugar juntas a muchas familias, tantas como destruyó por las famosas discusiones sobre lo que era válido o no, ya que la validez de las respuestas siempre quedaba a la libre interpretación de cada uno. El Monopoly también nos dejó buenos recuerdos, en el que se demostraba cuál de tus amigos era el más rata o el más despilfarrador, así como el Trivial Pursuit te hacía quedar en el ridículo más espantoso o parecer Punset según el mazo de preguntas que te tocara responder, aunque casualmente, el que te había sido asignado, siempre era el más jodido. Warner Bros, nos trae algo con lo que recordar aquellos momentos, aunque algo diferente.
Ésta es una de esas películas de las que gusta porque no se tienen demasiadas expectativas cuando acudes a verla, y después te llevas toda una sorpresa. Los directores John Francis Daley y Jonathan Goldstein, llevan a buen puerto un guión cuanto menos curioso junto a las interpretaciones sobresalientes de un reparto dispuesto a darlo todo para hacernos disfrutar durante toda la proyección.
Rachel McAdams (Dr. Strange), que nos tiene acostumbrados a otro tipo de géneros, demuestra cómo se desenvuelve en la comedia desquiciante, y a decir verdad, encaja de principio a fin. La química humorística que tiene con Jason Bateman (Fiesta de empresa), construye un dúo interpretativo de alto voltaje. En lo que se refiere al resto de personajes, incluye a Kyle Chandler (Manchester frente al mar), que interpreta al hermano tocapelotas de Bateman, reseñable pero sin brillar demasiado, como Michael C. Hall (Dexter), al que ya echábamos de menos. Y qué queréis que os diga, aquí el que se come la pantalla cada vez que hace aparición es Jesse Plemons (Black Mirror), ya sabréis de lo que hablo cuando lo descubráis.
Lo reconozco, soy muy del género, y si se elaboran correctamente este tipo de productos, me tienen más que ganado. El metraje nos sumerge en el mundo de lo que podríamos considerar nerd o freak. El clásico grupo de amigos adultos que en lugar de acudir de cena o al cine, tiene la costumbre de dedicar su tiempo libre a competir mediante tableros de la vieja escuela. A priori, puede resultar algo absurdo pensar que se le pueda sacar mucho jugo a algo tan simple, teniendo en cuenta la premisa de la que parte, pero ocurre, y esa es la verdadera magia de este tipo de cintas.
A medio camino entre The Game (1997) y Project X (1012), nos muestra un juego a gran escala, en el que las piezas principales son ellos mismos. Pero si bien las comedias suelen ser apartadas de los éxitos en muchas ocasiones, ésta es una de las que puedes sentarte en la butaca a disfrutar, reírte y pensar en lo turbio que es todo a la par que divertido, y en ocasiones, en tu cabeza, te surge la idea de: "¡yo quiero hacer algo así!".
Noche de juegos es una comedia de excesos, con un guión suficientemente sólido, aunque con algún altibajo, pero increíblemente divertido. Es una bomba de referencias cinematográficas y sabe ser ácida en el momento que el showtime lo requiere. Esta película es la mejor opción para un día de lluvia.
Lo mejor: El dinamismo con el que transcurre la acción y la pareja McAdams/Bateman.
Lo peor: Alguna laguna ocasional de guión que lastra algunas secuencias.
Puntuación: 7/10
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